“El Indec ha discontinuado la publicación de la serie histórica de medición de pobreza e indigencia por ingresos monetarios en virtud de las severas carencias metodológicas y la imposibilidad de empalme con el nuevo Indice de Precios al Consumidor”, dijo ayer el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. El funcionario adelantó que el Indec volverá a difundir los datos cuando se resuelvan los problemas metodológicos y de empalme, pero no anticipó una nueva fecha.

El Indec tenía previsto difundir el miércoles los índices de pobreza e indigencia de 31 conglomerados urbanos correspondientes al segundo semestre de 2013. Sin embargo, el organismo suspendió la publicación del informe sin dar precisiones. Recién ayer el jefe de Gabinete se refirió al tema. En su conferencia de prensa matutina, fue consultado y aseguró que la decisión de suspender la publicación se debió a problemas metodológicos, de empalme y de actualización. Más tarde, el propio Indec emitió un comunicado dando más detalles sobre los motivos. En el texto también se hizo referencia a “severas carencias metodológicas” de la medición de incidencia de pobreza e indigencia por ingresos monetarios que se venía realizando desde 1993. Además, destacó que a ese hecho se le sumó la discontinuación del IPC GBA y la imposibilidad de empalme con el nuevo IPC-Nacional Urbano.

En lo que se refiere específicamente a la metodología, el organismo aseguró que la medición de la línea de pobreza se realiza desde 1993 en base a lineamientos trazados por la Secretaría de Programación Económica del Ministerio de Economía. Los valores que se tomaron para elaborarla fueron los del Indice de Precios al Consumidor del Gran Buenos Aires, tanto en el período en que la medición de pobreza e indigencia abarcó sólo la región Gran Buenos Aires (1993-2001), como en los períodos posteriores en que la medición alcanzó a todos los aglomerados urbanos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares. “La ampliación de las estimaciones se realizó mediante la llamada metodología de transición, por la cual, ajustando los valores de la Canasta Básica Alimentaria y la Canasta Básica Total de la región Buenos Aires según los coeficientes surgidos del estudio de Paridades de Poder de Compra del Consumidor de 2001, se calculan las líneas de pobreza e indigencia de las restantes regiones”, detalló el comunicado. A esa medición le atribuyó falencias metodológicas sin dar mayores precisiones.

El segundo problema es el referido al empalme, pues a partir de enero de este año se modificó la metodología de elaboración del IPC, pasando de medir precios en el Gran Buenos Aires a hacerlo en la totalidad del país. Luego el Indec afirmó que se encuentra actualmente trabajando, en conjunto con otros organismos, en nuevas metodologías que permitan caracterizar de manera más eficiente las condiciones socioeconómicas de la población en el conjunto de las regiones, aunque en el comunicado no se precisó cuándo se volverán a publicar los datos sobre pobreza e indigencia.

La última información disponible, correspondiente al primer semestre de 2013, fue que la pobreza afectaba al 4,7 por ciento de la población y la indigencia al 1,4 por ciento, pero luego de la modificación del IPC, si se recalculara la pobreza a partir de la nueva serie, es muy probable que la cifra fuese sustancialmente mayor. De hecho, el director del Observatorio de la Deuda Social Argentina, Agustín Salvia, estimó ayer que “en la Argentina la pobreza se ubicaría cerca de 30 por ciento y la indigencia en 10 por ciento, aun usando las canastas básicas medidas por el Indec”.

Desde la oposición cuestionaron duramente la decisión de postergar la difusión de los datos y no precisar cuándo se publicarán. “Es un papelón”, aseguró la diputada del Frente Renovador Graciela Camaño, quien consideró que “no es posible pensar en políticas públicas si no hay estadísticas”. En la misma línea se expresó el radical Ernesto Sanz: “Antes adulteraban la información, ahora la esconden”, sostuvo.