La Organización Mundial de Comercio (OMC) estableció formalmente un panel para resolver el reclamo de la Argentina contra la Unión Europea por las medidas antidumping impuestas en noviembre de 2013 para frenar el ingreso de biodiésel. “Argentina considera que estas medidas son inconsistentes con el Acuerdo Antidumping de la OMC y el artículo VI del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT)”, sostuvo la Cancillería a través de un comunicado. Esta es la segunda vez que la Argentina le solicitó a la OMC la conformación de este panel. La hipótesis del Ministerio de Relaciones Exteriores es que la “industria europea se encuentra ampliamente sobredimensionada” y por eso habría aplicado medidas proteccionistas contra la producción argentina. Por estas trabas, el complejo aceitero local perdió exportaciones por 1500 millones de dólares. Los distintos países europeos también aplican fuertes subsidios a la producción agrícola con la intención de evitar el ingreso de otros países. “Las restricciones impuestas al biodiésel argentino se inscriben en una política proteccionista europea especialmente dirigida contra los países en desarrollo”, remarcó la Cancillería. Desde 2009, la Argentina se convirtió en el principal abastecedor de biodiésel de la Unión Europea (UE), alcanzando en 2011 los 1847 millones de dólares, que dieron cuenta del 13 por ciento de las exportaciones argentinas a la UE.

El impuesto antidumping viene aplicándose desde fines de noviembre pasado y se fijó en 24,6 por ciento, es decir, entre 216,6 y 245,6 euros por tonelada. Esto produjo un freno en la producción local. Por tal motivo, el Poder Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de ley para eximir de impuestos a la producción de biodiésel mientras se mantenga la restricción del ingreso de este producto en Europa.

“Las maniobras de dumping de Europa responden a que somos muy competitivos”, había dicho la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al momento de comunicar el envío de este proyecto. La iniciativa ya ingresó a la Cámara de Diputados y será analizada en los próximos días.

Desde la Cámara Argentina de Biocombustibles se mostraron optimistas con la decisión de la OMC. Incluso, sus dirigentes dejaron entrever que existiría la posibilidad de que haya un acuerdo entre el país y la UE ante una eventual decisión del tribunal contraria a los intereses europeos.

La pérdida por caída de exportaciones a ese destino ascendería a 1500 millones de dólares. En 2012, los despachos de biodiésel al resto del mundo alcanzaron 1848 millones de dólares, al tiempo que en los primeros diez meses de este año, por las tensiones comerciales con la Zona Euro, las ventas sumaron 997 millones. Además de ser uno de los principales distribuidores para el mercado internacional de biocombustible, el país cuenta con la mayor capacidad de producción.

Los principales grupos que operan en Argentina son Dreyfus, Vicentín, AGD y Bunge, los cuales tienen establecimientos productivos en la provincia de Santa Fe, debido a la cercanía con los cultivos de soja y la posibilidad de utilizar un puerto propio para la exportación.

Recientemente quedó inaugurado un complejo construido por Vicentín, Oleaginosa Moreno y Molinos Río de la Plata (Renova) en la provincia de Santa Fe, catalogado como el mayor polo productivo de la provincia y la planta agroindustrial integrada más importante del mundo. La misma fue construida en tiempo record, con la participación de 890 profesionales argentinos provenientes de 15 facultades de Ingeniería. El predio tiene 200 hectáreas y capacidad de molienda de 20.000 toneladas de soja por día. El objetivo de este complejo es la producción de harinas y biodiésel.

Para el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, esta inversión de 480 millones de dólares permitirá “transformar la materia prima, agregando valor y generando divisas para el país, producción y trabajo”.