ECONOMíA › OPINION
› Por Elizabeth Tinoco *
El crecimiento económico es clave para crear más y mejores empleos, pero este año será menor a lo esperado en América latina. Las luchas libradas en Chicago en mayo de 1886, que se conmemoran en el Día Internacional de los Trabajadores, merecen que el trabajo decente sea clave en las estrategias de desarrollo económico y social. Es probable que la disminución del crecimiento económico en América latina y el Caribe en 2014 afecte negativamente el empleo y la informalidad. Los gobiernos y las sociedades latinoamericanas deben redoblar los esfuerzos para evitar un retroceso de los logros alcanzados en el mercado laboral.
Se debe situar el empleo como objetivo prioritario de las políticas económicas en la región para mantener los importantes logros alcanzados durante la última década. La tasa de crecimiento del PIB regional en 2013 alcanzó 2,7 por ciento (FMI). Comenzamos este año con una perspectiva de crecimiento de alrededor de 3 por ciento que luego se ha ido ajustando a la baja. Según las últimas estimaciones difundidas, se espera 2,5 por ciento (FMI) o 2,3 por ciento (Banco Mundial). Los pronósticos son claros: bajará en 2014, aunque podría recuperarse moderadamente en 2015.
Estas constantes revisiones a la baja reflejan un contexto económico incierto y volátil que tendría efectos sobre el mercado laboral. La desaceleración podría incluso generar en 2014 una pequeña alza en la tasa de desempleo urbano, sobre todo de los jóvenes, y afectar la calidad de los puestos de trabajo. El ciclo de crecimiento positivo de la región desde hace una década –interrumpido en 2009 por la crisis internacional–, fue determinante para el aumento del empleo. La tasa de desempleo urbano bajó de 11,1 por ciento en 2003 a mínimos históricos de 6,3 en 2013.
También se han registrado mejorías en la calidad del trabajo, aunque inferiores a lo esperado. A fines de 2013, la Oficina Regional de la OIT alertó que la informalidad continúa afectando 47,7 por ciento de los trabajadores ocupados, lo que equivale a 130 millones de personas junto con sus familias. La OIT considera necesario aumentar la productividad, mejorar la cotización y cobertura de la seguridad social, desarrollar la institucionalidad laboral y cerrar la brecha de la desigualdad de género y falta de trabajo decente para los jóvenes.
Cuando la tasa de crecimiento bajó durante la crisis internacional, las medidas adoptadas por diversos países de la región, que incluyeron la protección del empleo, del poder adquisitivo y el fomento del consumo, actuaron como mecanismos efectivos de respuesta a la crisis. La región enfrenta el desafío de crear al menos 43,5 millones de puestos de trabajo durante la próxima década sólo para incorporar a quienes ingresan al mercado laboral y mantener la tasa de desempleo debajo de 7 por ciento. Y un desafío mayor será reducir los 130 millones de trabajadores informales. Este 1º de Mayo el empleo decente debe mantenerse como bandera para hacerle honor a la sangre vertida por los trabajadores de Chicago. La lucha continúa.
* Directora regional de la OIT para América latina y el Caribe. www.ilo.org/americas
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