Las acciones de YPF se dispararon ayer en las Bolsas de Comercio de Buenos Aires y Nueva York. El salto llegó al 7,7 por ciento en la plaza porteña y trepó a 10,3 por ciento en Wall Street. Los movimientos en las cotizaciones de la petrolera argentina estuvieron precedidos por un comunicado de Repsol donde confirmó la venta del 11,86 por ciento del capital de YPF al banco Morgan Stanley por 1255 millones de dólares. La operación terminó de cerrar la salida definitiva de Repsol de la empresa. Durante la jornada de ayer la entidad norteamericana operó como intermediaria y vendió esos títulos a diferentes fondos de inversión extranjeros que todavía no fueron dados a conocer. La venta de las acciones en el mercado le permitió a Morgan Stanley embolsar una ganancia financiera por más de 41,5 millones de dólares en un día.

El banco norteamericano le pagó a la firma española 26,91 dólares por acción y las revendió, según dejaron trascender las partes involucradas, a un precio de 27,8 dólares. Así, el monto por acción abonado por los distintos fondos de inversión que se hicieron de participaciones menores en la compañía es 16,2 por ciento más alto que la cifra pagada por Argentina a Repsol. Desde el Gobierno remarcaron la diferencia en el precio por acción entre ambas operaciones, pero destacaron que la adquisición del 51 por ciento de las acciones se hizo entregando bonos con vencimientos entre 2015 y 2033.

Precisamente, esta tarde las partes confirmarán el cierre del proceso de expropiación. Para completar la prolongada disputa económica, política, legal y diplomática y compensar a Repsol, Argentina concretó la emisión del paquete compuesto por cuatro títulos de deuda externa por un valor nominal de entre 5300 y 5400 millones de dólares. Esos papeles tienen un precio de 4670 millones en el mercado y la firma ya anunció que planea desprenderse de esos bonos para lograr fondos líquidos.

Cuando se comunique la operación, la empresa de capitales españoles estará prácticamente afuera de YPF luego de su ingreso quince años atrás. El lunes la firma ibérica había abandonado el directorio de la petrolera argentina al no solicitar la renovación de sus dos representantes y ayer confirmó que se desprendió de la mayor parte de las acciones que quedaban en su poder.

De todos modos, la empresa conserva una participación mínima, inferior al 0,5 por ciento. Según informó Repsol a través del diario El País, esa porción residual no fue incluida en la operación porque había sido adquirida recientemente como resultado de la ejecución de una deuda y aún no era transferible. No obstante, aseguraron que esas acciones serán vendidas apenas sea posible.

Con la salida de Repsol y la posterior venta de esas acciones a distintos fondos de inversión extranjeros, se atomiza la relevancia de los inversores minoristas en la compañía. Por su parte, el Estado nacional conserva el control de YPF con el 51 por ciento del paquete accionario obtenido a partir de la expropiación. En los próximos días, la compañía que dirigen Antonio Brufau y Josu Jon Imaz San Miguel deberá finalizar todas las demandas iniciadas contra la petrolera y Argentina. Fundamentalmente, el juicio abierto en el Ciadi, el tribunal del Banco Mundial, donde reclamaba 10.500 millones de dólares.

La última vez que las acciones de la empresa que preside Miguel Galuccio registraron un movimiento diario tan relevante en los mercados financieros internacionales fue durante la privatización en 1999. Los papeles de YPF que cotizan en Nueva York mediante la forma de American Depository Receipts (ADR) subieron 10,3 por ciento ayer y se ubicaron en 31,09 dólares por acción. En tanto, en la Bolsa porteña, los títulos de la petrolera ganaron 7,7 por ciento. De la mano de YPF, el índice MerVal, que releva el comportamiento de las 14 acciones más importantes de la plaza porteña, subió 1,6 por ciento y alcanzó un nuevo record nominal (ver aparte).