El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió ayer una declaración favorable sobre el nuevo Indice de Precios al Consumidor Nacional y el cambio de año base del Producto Interno Bruto que calcula el Indec. De todos modos, el intercambio de información metodológica entre el Ministerio de Economía y el organismo multilateral continúa y la próxima instancia de evaluación será en septiembre. Recién en febrero de 2015, estiman en el Gobierno, el Fondo levantaría la moción de censura que pesa sobre las estadísticas oficiales desde hace más de un año.

El máximo órgano decisorio del FMI, presidido por Christine Lagarde, se reunió para analizar el informe “sobre el progreso de Argentina en la implementación de un conjunto inicial de medidas para asegurar la calidad de los datos oficiales reportados al FMI sobre el Indice de Precios al Consumidor y el Producto Interno Bruto”, informó el organismo.

La evaluación de las estadísticas por parte del Fondo es una novela cuyo nudo arranca el 1º de febrero del año pasado, cuando el organismo emitió una declaración de censura contra la Argentina. Hasta ese momento ambas partes negociaban la colaboración del Fondo para la elaboración del IPC Nacional, pero el organismo consideró “insuficientes” los avances. Fue una manera contundente de meter presión: la Argentina tendría ocho meses “para adoptar medidas para abordar la falta de exactitud de los datos”, justificó el Fondo la censura, una medida que es preventiva pero que si avanza puede desembocar en que el país sea expulsado del organismo.

El Gobierno criticó duramente la decisión del Fondo, aunque al mismo tiempo intensificó el trabajo con los técnicos del organismo para elaborar el IPC-Nu que terminaría reemplazando al IPC-GBA, un indicador muy deslegitimado, no sólo por el FMI, sino por actores sociales de todos los colores en el ámbito nacional. El IPC-GBA no se utilizaba como insumo por los gremios para pedir suba de salarios ni por los empresarios a la hora de ofrecer aumentos. Por caso, entre abril de 2008 y diciembre de 2013, el IPC-GBA subió un 66 por ciento, mientras que el nivel salarial general, también según el Indec, avanzó 250 por ciento, una diferencia muy superior a la mejora del salario real que está por detrás de mediciones de distribución del ingreso o de consumo privado. El IPC-GBA no guardaba relación con las tasas de interés de los bancos ni con la variación de jubilaciones, salario mínimo y asignaciones familiares, que eran ajustados al alza por parte del Estado en función de otros cálculos.

El IPC-Nu es el resultado de diversas reuniones en Washington y en Buenos Aires entre las autoridades de Economía y del Indec, y miembros de los departamentos Occidental y de Estadísticas del FMI. El Fondo, por ejemplo, no estaba de acuerdo con la forma de medir precios en productos con estacionalidad, como frutas y verduras, y cuestionó el tratamiento de los valores extremos de las muestras. Asimismo, pidió explicaciones acerca de los lugares elegidos para tomar precios, específicamente sobre el criterio de selección de los locales donde se tomarían las muestras y acerca de la lógica de la elección de las variedades del indicador nacional. Los reclamos fueron escuchados, por eso en diciembre de 2013 el organismo multilateral aprobó la metodología del nuevo índice.

Las variaciones mensuales de enero, febrero, marzo y abril del IPC-Nu ya fueron publicadas. Arrojaron los valores más altos desde la salida de la convertibilidad, en un contexto de mayor presión inflacionaria, aunque con una tendencia a la desaceleración. Los resultados fueron 3,7; 3,4; 2,6 y 1,8 por ciento, respectivamente, en los cuatro primeros meses. Con esa información, el FMI emitió un nuevo comunicado. “El Directorio Ejecutivo reconoció la implementación por el gobierno argentino de todas las medidas especificadas que se habían solicitado así como las medidas iniciales adoptadas para remediar las deficiencias en el suministro de datos”, indicó el organismo.

De todas maneras, el Fondo advirtió que el Indec debe “implementar medidas previamente especificadas para fines de septiembre de 2014 y fines de febrero de 2015”. A mediados de noviembre, el directorio comunicará novedades sobre su impresión de la evolución de las estadísticas argentinas. Desde el Ministerio de Economía aseguran que “no era esperable que se levantara la censura ahora, estaba previsto que el proceso de examen continuara”. En febrero, se estima, el FMI anularía la medida.

Por último, el Fondo “da la bienvenida” al diálogo con el Gobierno acerca de las estadísticas y “se mantiene dispuesto a continuar este diálogo y, a nivel más general, a seguir fortaleciendo las relaciones con Argentina”, se entusiasmó. Otro importante guiño del organismo tuvo lugar el jueves por la mañana, cuando el vocero, Gerry Rice, señaló que el FMI considera que si la Corte Suprema ratifica el fallo en contra de la Argentina, futuras reestructuraciones de deuda soberana de todo el mundo correrían peligro. Es una señal de cara a la próxima semana, que promete novedades en el juicio de los fondos buitre contra el Estado nacional.