La Cámara de Diputados convirtió ayer en ley por amplia mayoría la inmunidad para las reservas internacionales de los bancos centrales extranjeros ante los tribunales argentinos. La iniciativa del Gobierno fue pensada para proteger las inversiones que puedan realizar otros países a través de sus autoridades monetarias, como en el caso de China. Como contrapartida, se deberán firmar acuerdos bilaterales para que las reservas de la Argentina también gocen de un régimen de inmunidad de ejecución en el exterior. El objetivo es resguardar los activos del Estado contra la especulación de los fondos buitre.

La sanción de la ley de inmunidad para los bancos centrales obtuvo el voto favorable de 201 diputados, mientras que ocho legisladores votaron en contra. Los representantes del Frente para la Victoria, el radicalismo, el PRO, el Frente Amplio Progresista y del Frente Renovador votaron por la afirmativa, al tiempo que los de Coalición Cívica y la izquierda lo hicieron por la negativa. El proyecto contaba con media sanción del Senado, en aquel caso por unanimidad.

“Es una iniciativa imprescindible para cubrir el vacío legal de la Argentina en la materia, permitiendo que otros países visualicen al país como una plaza de inversiones”, dijo el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Guillermo Carmona. “La idea central es que existan convenios con otros países para que les den el mismo trato a los activos de nuestro Banco Central”, explicó.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Finanzas, Carlos Heller, destacó la importancia de la ley para que el Banco Central refuerce sus instrumentos de intervención. “La iniciativa potencia la capacidad del país para administrar libremente su política monetaria y cambiaria”, afirmó, en línea con los fundamentos expresados en la ley.