El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, explicó que “la limitante histórica para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic no fue el fondeo sino el sitio donde debían instalarse las represas, el cual se encontraba a más de 1700 kilómetros del punto de interconexión más cercano al Sistema Interconectado Nacional, ubicado en la localidad de Choele Choel, en la provincia de Río Negro”. De Vido planteó que “esta situación fue debidamente subsanada a través del Plan Energético 2003-2019 con la construcción de más de 5500 kilómetros de líneas de alta tensión. Por ello actualmente es posible construir y evacuar energía desde la Patagonia, aprovechando todo su potencial hidráulico, eólico y carbonífero hacia todo el país”. El funcionario respondió a un editorial del diario La Nación, que atribuyó la “dificultad histórica” del proyecto a la falta de financiamiento.

El contrato financiero de construcción de las represas fue suscripto recientemente cuando visitó el país el presidente de la República Popular China, Xi Jinping. Son más de 5 mil millones de dólares que serán provistos en parte por maquinaria construida por las empresas chinas.

El costo por megavatio instalado en las represas del Río Santa Cruz neto de impuestos es de 2,24 millones de dólares. “Es ampliamente el más competitivo dentro de emprendimientos de similar magnitud licitados en el mundo durante los últimos diez años. Por ejemplo, en la hidroeléctrica Chaglla en Perú, el costo por megavatio instalado es de 2,97 millones de dólares; en la San Antonio en Brasil, es de 3,10 millones; en la Tocoma en Venezuela, 3,11 millones; en la Sogamoso en Colombia, 3,13 millones; y en la Simplicio, también en Brasil, es de 3,26 millones de dólares”, dijo el ministro. La energía generada por las represas será inyectada al sistema interconectado nacional, algo que “permitirá seguir motorizando el crecimiento de la Argentina”, según De Vido.