El Gobierno oficializó ayer la tercera prórroga del blanqueo de capitales, que tendrá una vigencia de tres meses. Es la quinta extensión del régimen, inaugurado el 1º de julio del año pasado. Hasta principios de septiembre, el blanqueo recolectó unos 800 millones de dólares, un monto bastante menor a los 4 mil millones proyectados cuando se anunció la medida. Los dos instrumentos financieros que permiten blanquear el dinero son el Certificado de Depósito para Inversión (Cedin) y el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade). Ambos instrumentos están habilitados para esa función a partir de la Ley 26.860, que permite exteriorizar voluntariamente la tenencia de moneda extranjera en el país y en el exterior sin pagar ningún tipo de penalidad. El Baade está pensado para atraer inversiones para proyectos energéticos, aunque hasta ahora no captó más de 90 millones. En tanto, el Cedin apunta a la recomposición del mercado inmobiliario. La idea es que se pueda acceder a la compra de una vivienda sin tener que utilizar los dólares en efectivo, además del atractivo de no tener que declarar el dinero. El vendedor del inmueble luego puede quedarse con el certificado o venderlo y hacerse de los dólares. En agosto, el Cedin incorporó la chance de comprar proyectos desde el pozo. Además, se puede avisar a los bancos con 72 horas de anticipación que la escritura se hace con esos títulos, para llevarse los dólares en el momento.