ECONOMíA › LA BANCA PRIVADA FINANCIA MAS EL CREDITO AL CONSUMO QUE LA PRODUCCION
El volumen de negocios del sector financiero crece al 13,3 por ciento anual, pero con escasa contribución al financiamiento de la actividad productiva. La banca privada se orienta al crédito al consumo vía tarjeta.
› Por Federico Kucher
El negocio de la intermediación financiera avanzó 13,3 por ciento en la primera mitad del año respecto del mismo período de 2013. Los bancos fueron la única rama de la economía que creció a una tasa de dos dígitos en los últimos meses, cuando la inestabilidad cambiaria, la caída de precios internacionales de las materias primas, la desaceleración del comercio mundial y el estancamiento de Brasil frenaron la actividad de los sectores dedicados a producir bienes, en particular la industria y la construcción. Esta expansión del sistema financiero, uno de los grandes ganadores de la devaluación de enero, contrasta con la escasa contribución del sector para potenciar el crecimiento de la economía a través del financiamiento de actividades productivas. En los últimos diez años, los bancos privados concentraron la distribución de sus préstamos en el consumo, mientras que mostraron una baja predisposición para otorgar préstamos a las empresas. La banca pública a través del Banco Nación cubrió el segmento de créditos para las firmas, al distribuir cuatro veces más recursos en relación con la oferta de los bancos privados.
La composición del crédito del sistema financiero resulta relevante para observar el rol de diferentes entidades bancarias en relación con el financiamiento productivo. En 2014, los bancos privados de capital nacional entregaron 41 por ciento de su masa total de créditos para financiar el consumo a través de tarjetas de créditos y préstamos personales, al tiempo que destinaron 55 por ciento para las empresas a partir de adelantos en cuenta corriente, documentos a sola firma y prefinanciación de exportaciones. Estas cifras adquieren relevancia si se tiene en cuenta que los bancos públicos entregaron 27 por ciento de los préstamos al consumo, mientras que el 67 por ciento se entregó para cubrir necesidades de las firmas. En lo que se refiere a la banca privada de capital extranjero, 34 por ciento fue para consumo y 57 por ciento para compañías, lo cual estuvo en línea con el comportamiento de todo el sistema financiero (33 por ciento para consumo y 56 para establecimientos productivos).
La actual composición del crédito es un resultado de diferentes estrategias de negocios de las entidades bancarias. Entre 2004 y 2013, el financiamiento de los bancos privados de capital nacional destinado a actividades productivas avanzó 22 por ciento en términos reales (descontando el efecto de la inflación con el índice de precios implícitos del PBI), mientras que el de la banca extranjera lo hizo al 60 por ciento. Estos datos requieren observar que el sector público a través del Banco Nación aumentó 230 por ciento el crédito para las empresas, cuatro veces más en relación con la banca privada. En cuanto al resto de las entidades públicas, el crédito para las firmas subió 44 por ciento, lo que evidenció que el Estado concentró el esfuerzo para financiar actividades productivas a través de la política crediticia del Banco Nación.
La prioridad de la banca privada fue otorgar préstamos para la demanda. Entre 2004-2013, las entidades privadas nacionales incrementaron sus préstamos para consumo 245 por ciento en términos reales, mientras que la banca extranjera lo hizo en 249 por ciento. Por su parte, el Banco Nación aumentó el financiamiento para consumo en 208 por ciento, al tiempo que el resto de la banca pública lo hizo en 244 por ciento, lo cual refuerza la idea de que las entidades del sector público (sin contabilizar Banco Nación) implementaron una política crediticia similar respecto de la del sector privado. A diferencia de los créditos para las empresas, el financiamiento para consumo se caracterizó por tener plazos de devolución más cortos y tasas más elevadas. El Informe Monetario Mensual del Banco Central precisó que a mediados de 2014 la tasa de interés promedio que cobró el sistema financiero para tomar adelantos en cuenta corriente fue 32,2 por ciento; para documentos a sola firma, 29,4 por ciento; para prendarios (con garantía), 25,4; para personales, 44,5, y para tarjetas de crédito (sin computar costos financieros extra), 40,5.
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