La Organización Internacional del Trabajo (OIT), la OCDE y el Banco Mundial destacaron la apuesta del gobierno argentino para reducir la informalidad laboral, la mejora en los salarios y en la cobertura social. Se refirieron al caso local en el marco de un detallado informe llamado “Los mercados de trabajo del G-20: perspectivas, desafíos y respuestas de política”, con información todos los países que integran el G-20.

En el último año, la mayor parte de las economías más importantes del mundo experimentaron una modesta reducción en la desocupación a partir de la creación de empleo, con las excepciones de Australia, Italia, Corea del Sur y Turquía. En Argentina, Brasil, España y, en parte, los Estados Unidos, ese resultado se alcanzó debido a una baja en la tasa de empleo.

Los datos compilados toman como último registro de desempleo en el país una tasa del 6,4 por ciento, un valor superior al de Australia, Brasil, China, India, Indonesia, Japón, Corea, México, Rusia, Arabia Saudita y Estados Unidos e inferior al de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Sudáfrica, España, Turquía, Reino Unido. Esas listas, por sí solas, dicen bastante acerca de la coyuntura económica mundial y relativizan la relevancia del desempleo como medida de la calidad de vida. Los países desarrollados, con altísimo ingreso medio y privilegiado acceso a los servicios públicos, presentan tasas de desocupación superiores a países mucho más rezagados.

Por eso, una de las variables que deben incluirse en el análisis es la informalidad laboral. El informe destaca que junto a Brasil y Turquía, la Argentina está innovando en las políticas de combate al trabajo no registrado.

En el capítulo de los ingresos, el documento resalta que Rusia, Sudáfrica, Brasil, Argentina, Indonesia y Turquía aplicaron una serie de políticas de impulso de los salarios, a través del salario mínimo y las negociaciones colectivas, “para rebalancear sus fuentes de crecimiento hacia más consumo doméstico y para reducir la inequidad y la pobreza entre los trabajadores”. Los organismos también ponderan la “notable expansión en el gasto en protección social que tuvo lugar en Argentina, Brasil, China, Indonesia y México, a través del sistema previsional y los programas de transferencia de ingresos”. En el caso local, los programas más ambiciosos en ese sentido son la universalización de las jubilaciones y la Asignación Universal por Hijo (AUH).