ECONOMíA › LOS AUMENTOS EN PRECIOS CUIDADOS QUEDAN MUY POR DEBAJO DE LA INFLACION
La actualización de precios que acordó el Gobierno con las empresas que participan del programa determinó subas del 11,9 por ciento en promedio. Los bienes que se incorporaron al plan arrancan con una baja respecto de los valores de góndola.
› Por Javier Lewkowicz
La nueva lista de productos del programa Precios Cuidados, que el Gobierno dio a conocer anteayer, permite tener certeza sobre la evolución de los precios de un grupo de bienes de consumo masivo a lo largo del año.
Es un conjunto acotado de artículos en un universo limitado de comercios, de modo que no constituye una referencia directa sobre todo el consumo popular. No obstante, aporta información sobre “lo que se ve” y permite especular sobre lo que no. Página/12 comparó los precios entre la lista de enero y la actual en una serie de bienes clave.
La cuarta etapa de Precios Cuidados, correspondiente al último trimestre del año, incorporó 62 productos, con lo que la lista llega a 383 ítems y registra, para los bienes que ya estaban, un alza de 4,3 por ciento en los precios con respecto al período julio-septiembre. Según lo informado por la Secretaría de Comercio, la suba anual de los precios de los productos que forman parte del acuerdo desde enero es en promedio del 11,9, muy por debajo de la inflación general, que hasta agosto anota un 18 por ciento.
Entre los productos de la canasta básica de consumo, el aceite girasol de 1500 cc Cañuelas y el Cocinero suben 18 por ciento entre enero y diciembre; la harina de trigo 0000 Blancaflor de un kilo, un 11,4 por ciento; la sal Celusal de 500 g, un 17 por ciento, y el paquete de kilo Dos Anclas muestra un avance de 15,8 por ciento. El azúcar de un kilo Dominó aumenta 18,3 y la versión de Ledesma, 22 por ciento en el año.
El arroz de 500 g Molinos Ala sube 19,8 por ciento; los fideos secos Canale tipo guiseros coditos, un 11,8; Manera mostacholes, 10,8 y tallarín de Favorita, un 9,3 por ciento.
A la hora de buscar algo para tomar, el café molido La Morenita de 250 g crece 19,3; el té común en saquitos Taragüí, 14,1, y la yerba mate Unión de 500 g lo hace en un 11,3. Mención especial merece el caso de la yerba Amanda de un kilo, que crece 29,6, muy por encima del resto de los artículos, porque comenzó el programa con un valor desfasado. La Coca-Cola de 1,5 l sube 18,8 por ciento y la Cunnington lima-limón, 16,9.
Las galletitas de agua Media Tarde subieron por debajo del promedio, un 9,5, y las Vocación clásicas menos todavía, 8,2. Por arriba de la media quedó la leche entera Sancor en sachet (17,4 por ciento), la leche descremada La Serenísima (18) y la leche en polvo Nido, con una suba del 18 por ciento entre enero y diciembre. El queso crema Mendicrim sube 14.
La tapa de tarta criolla La Salteña avanza 13,9 por ciento, mientras que las tapas para empanada de la misma marca lo hicieron en un 9,3 por ciento. Además, la carne picada dentro del programa crece un 21,9 por ciento y el paquete de hamburguesas marca Paty, un 12,7. El pollo congelado sin menudos sube 13,5 por ciento en el año y la tapa de asado, un 13,6 por ciento. La mayonesa Ri-K de 485 g avanza 14 por ciento.
La mayor parte de los precios analizados aquí treparon por encima del promedio de la lista aunque, por lo general, menos que la inflación que mide el Indec. Además habría que tener en cuenta que en general los bienes se incorporaron al plan con una baja respecto de los valores de góndola de aquel momento. Es esperable entonces que la disparidad de precios entre los productos del acuerdo y los que no están en la lista sea relevante. También lo es que esa diferencia esté reducida en las grandes cadenas, donde los productos compiten “cara a cara”, y que vaya creciendo a medida que sea más difícil el acceso a los precios del acuerdo.
Si el consumidor puede optar fácilmente entre un artículo del acuerdo y uno que está afuera, aparece en cierto modo un techo para las maniobras abusivas de las empresas. El problema es cuando no hay opción. En el extremo, los sectores más vulnerables, que no consumen en las grandes cadenas de supermercados ni en otros comercios adheridos al programa, enfrentan de lleno las políticas de discriminación comercial que hacen las grandes empresas a través de todas las instancias de mediación que separan la fábrica y el mostrador de un modesto almacén. Para ellos, la suba de precios en alimentos es entonces superior a Precios Cuidados y a la inflación general en ese rubro. Comercio trabaja a través de la Red Comprar en extender el programa a los almacenes, pero el proceso es lento.
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