Mar 14.10.2014

ECONOMíA  › SUBAS DE 60 POR CIENTO EN INSUMOS SIDERúRGICOS SóLO ESTE AñO

Domina uno, lo sufren muchos

› Por Javier Lewkowicz

“El aumento de los precios responde a la emisión de billetes por parte del Banco Central.” Es una afirmación tajante, aunque no sea tan claro cómo opera la supuesta causalidad. En cambio, los insumos difundidos que controlan un puñado de empresas se vinculan directamente con los precios finales de un abanico muy grande de bienes, pero ese factor queda solapado a la hora de explicar la inflación. Un capítulo relevante de esos insumos son los del complejo siderúrgico, varios de los cuales crecieron entre 50 y 60 por ciento en lo que va del año, algo que no guarda relación con los costos de esa industria. El Gobierno se enfoca sobre el control de los abusos en las góndolas, aunque en instancias de producción previas el libre juego de mercado entre actores muy desiguales también tiene efectos distorsivos sobre el resto de la economía.

Los productos que cruzan de manera horizontal a la estructura de costos de empresas de distintos rubros se denominan insumos difundidos. En esa categoría sobresalen los productos de acero, aluminio, cemento, hierro y polietileno. Son sectores capital intensivos cuya escala de producción óptima es muy elevada. Por eso los producen, en general, pocas firmas.

Los productos del complejo siderúrgico son centrales en la producción de autos, electrodomésticos, la construcción y los alimentos enlatados, por ejemplo. Son provistos por Siderar, del Grupo Techint, que domina la producción de laminados en caliente planos (chapas y flejes), Acindar, Aceros Zapla y AcerBrag, que concentran la laminación en caliente de productos no planos (barras, perfiles, hierro redondo, alambrón y rieles).

El Centro de Investigación y Gestión de la Economía Solidaria (CIGES), que dirige el economista Ernesto Mattos, realizó un relevamiento de precios a pedido de la Asociación Pyme y la Casa Pyme Nacional. Entre los productos seleccionados derivados del hierro y del acero detectó subas de casi el 60 por ciento entre enero y agosto y del 122 por ciento desde comienzos de 2013. Según el estudio, el hierro liso redondo 8mm tipo 220 subió entre enero y agosto 58,4 por ciento; el hierro aletado conformado 8mm tipo ADN 420, 67,6 por ciento; el perfil IPN 120, barra 12 m, 68,5; el hierro ángulo, 57,0; la planchuela, 57,1; la chapa galvanizada C27, 57,2; la chapa hoja lisa C22, 57,1; la chapa Cincalum acalanada ondulada C27 aleación de aluminio y cinc ancho útil 1m, 53,2 por ciento.

“Estos bienes pueden no ser representativos del total, pero sirven como aproximación al no contar con la información detallada de la participación de cada producto en el total de las ventas”, aclara el informe. En diálogo con este diario, Mattos explicó que “los datos fueron extraídos de las revistas sectoriales que publican los precios, de modo que se trata de valores objetivos y verificables. Estas empresas tienen posición dominante y se ve cómo durante este año contribuyeron activamente a la inflación”.

Se trata de porcentajes de aumento que son difíciles de justificar por la devaluación del verano, la inestabilidad económica, la suba de los combustibles o las paritarias. En ningún caso se alcanza magnitudes de ese tipo. Y peor aún, según la página web Index Mundi, el precio del mineral de hierro (principal insumo siderúrgico) cayó entre enero y agosto de 128 dólares la tonelada hasta 92 dólares, un 28 por ciento. Esa publicación toma los datos de la firma brasileña Vale, uno de los más importantes jugadores de ese mercado a nivel global.

Si las siderúrgicas juegan un rol relevante en la inflación, también lo hacen en la formación de precios. Es decir, tienen impacto en la variación y también en el nivel. Un estudio del año pasado de la Cámara de Industriales de Proyectos e Ingeniería de Bienes de Capital (Cipibic) muestra que en el período 2006-2011 el precio de la chapa gruesa de acero laminado en caliente en el mercado mundial ascendió a los 753 dólares por tonelada, mientras que en la Argentina fue de 1160 dólares, un 54 por ciento más elevado. La entidad concluye que desde la salida de la convertibilidad hubo “importantes transferencias de ingresos desde los fabricantes de bienes de capital hacia los principales proveedores de insumos”. Detallan que la tasa de rentabilidad en promedio entre 2005 y 2010 de Aluar fue de 11,9, de Acindar, 16,1 y de Siderar, 19,6 por ciento. Se trata de ganancias muy superiores al promedio de la economía y también mayores a la de la industria siderúrgica en otros países.

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