El satélite Arsat-1 se ubicó el domingo en la posición geoestacionaria 81 Oeste, el lugar asignado para la Argentina desde la Unión Internacional de Telecomunicaciones. “Con el despliegue completo de los paneles solares y de la antena, hemos concluido otra fase fundamental de la misión Arsat-1, que sigue demostrando día a día la capacidad de los técnicos e ingenieros argentinos para conducir proyectos tecnológicos de alta complejidad. Por supuesto, seguimos teniendo muchos desafíos por delante, pero los asumimos con la seguridad que nos da el enorme trabajo realizado”, manifestó Matías Bianchi, presidente de la compañía satelital. El satélite, comandado desde la Estación Terrena de Benavídez, cumplió cada uno de los requerimientos técnicos. Desde que alcanzó su posición geoestacionaria a casi 36 mil kilómetros sobre el nivel del mar, pudo desplegar completamente sus paneles solares y la antena de telecomunicaciones. También alcanzó el apuntamiento de la “cara Tierra” y el domingo se ubicó en su posición definitiva.

Con el despliegue completo de los paneles, el Arsat-1 consiguió una envergadura de 16,42 metros, de los cuales sólo dos metros corresponden a su cuerpo principal. La Estación Terrena Benavídez ha verificado el correcto funcionamiento de los paneles solares, que alcanzan el nivel de potencia previsto.

“En materia de comunicación satelital, estamos dando igualdad de condiciones a los 2,7 millones de kilómetros cuadrados de la Argentina, promoviendo la inclusión digital. De esta manera, Arsat colabora con el inmenso trabajo de reducción de la brecha digital que lleva adelante el Gobierno desde distintas áreas”, agregó Bianchi.

Las comunicaciones satelitales serán un instrumento esencial para el nuevo marco regulatorio enviado por el Ejecutivo al Senado –Argentina Digital–, que comenzará hoy su análisis en comisión. El Arsat-1 fue pensado para brindar todo tipo de servicios de telecomunicaciones en todo el país. La empresa, junto al Invap, ya está trabajando en el Arsat-2, que tendrá la capacidad de alumbrar toda América latina. Es decir que se podrían ofrecer servicios de telecomunicaciones a toda la región.

La Estación Terrena Benavídez tomó contacto con el Arsat-1 el mismo 16 de octubre, poco después del lanzamiento. El 18 inició la serie de maniobras de encendido del motor principal que lo llevó de la órbita baja y elíptica en la que lo dejó el lanzador a la órbita geoestacionaria, en la que se ubican los satélites de telecomunicaciones. Como estaba previsto, culminó esa serie de maniobras el 25 de octubre, cuando el satélite alcanzó la órbita ubicada a 35.736 km sobre el nivel del mar.