Sáb 08.11.2014

ECONOMíA

Planificación fiscal

› Por Alfredo Zaiat

La disposición 19 de la AFIP creó la Dirección de Fiscalidad Internacional en 2010, área que tiene como responsabilidad “entender en el estudio de sectores económicos, detectando zonas de riesgo para el control tributario en materia de operaciones internacionales, precios de transferencia y otros temas de fiscalidad internacional, así como efectuar investigaciones estratégicas para apoyar las acciones operativas de investigación y fiscalización en materia de su competencia”. En ese departamento están dedicadas 35 personas para abordar el complejo entramado denominado “precios de transferencia”. En esta misma columna del 19 de abril pasado se escribió que ese tema no formaba parte del debate económico habitual pese a que es una cuestión muy importante para comprender aspectos vinculados con la elusión y evasión impositiva, la fuga de capitales y las dificultades de la industrialización por sustitución de importaciones. Se mencionaba que era una trama que debía adquirir mayor densidad política para abordar la restricción externa (escasez de divisas debido a la fragilidad de la estructura económica argentina), siendo los protagonistas principales las multinacionales. El caso Procter & Gamble y otros similares que están en investigación avanzada empiezan a ubicar las operaciones de precios de transferencia en un lugar relevante de la cuestión impositiva y cambiaria.

La denuncia contra P&G tiene una importancia que ni uno de los principales anunciantes privados puede ocultar pese a la voluntad de los grandes medios. Su presidente para América latina, Armin Zerza, y el responsable de impuestos a nivel global de la multinacional, Tim McDonald, tuvieron que viajar a Buenos Aires para enfrentar la crisis de la filial argentina y lideraron el encuentro con el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. El contenido del comunicado del fabricante de productos Gillette, Pampers, Ariel, Pantene, Duracell, entre otras decenas de marcas de consumo masivo, es un reconocimiento de que algo no estaban haciendo bien en materia impositiva y cambiaria. En ese texto informan que “estamos trabajando con las autoridades para buscar soluciones inmediatas. Nos reunimos en un encuentro fluido y en buenos términos. Estamos totalmente abiertos y comprometidos para encontrar soluciones inmediatas, de modo de poder seguir abasteciendo el mercado con nuestras marcas líderes”. No expresaron ni acoso ni el padecimiento de una embestida oficial. Después de poner en orden los números impositivos como lo reclama la AFIP, P&G va a seguir con sus campañas publicitarias sin necesidad de más obsecuencia que la habitual de los receptores de sus avisos.

La AFIP suspendió preventivamente el CUIT de P&G por fraude fiscal y fuga de divisas al detectar sobrefacturación de importaciones por 138 millones de dólares, en una operación de triangulación donde las compras las realizaban en Brasil pero las facturaban a través de una filial de la firma radicada en Suiza. El organismo recaudador detectó además diferencias entre las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) y los destinos de importación por otros 19 millones de dólares.

Estas son típicas maniobras de “precios de transferencia”. La factura del comercio entre subsidiarias de la misma multinacional es manipulada en los valores, que incluyen intereses por préstamos o regalías por marcas y patentes, además de los precios de mercancías. De esa forma, esas empresas pueden situar sus ganancias donde menos impuestos deban pagar por ellas. Transfieren fondos de un país a otro utilizando valores más altos o más bajos en función de su conveniencia. Mediante la planificación fiscal internacional, las multinacionales persiguen el objetivo de reducir la carga impositiva global del grupo. El destino preferido de esas utilidades son las guaridas fiscales (más conocidas como paraísos fiscales), alejadas así del radar del fisco local y el del país donde está radicada la casa matriz.

Los precios de transferencia es un concepto contable relacionado con los balances presentados al fisco donde opera la filial, pero tiene un efecto que excede la cuestión impositiva, debido a que ha pasado a ser utilizado como vía para la fuga de capitales. La reciente investigación del Cefid-Ar “La manipulación de los precios de transferencia” explica que las multinacionales incrementan sus ganancias globales mediante el alza de los costos en los países con elevada presión tributaria, al tiempo que transfieren utilidades a las casas matrices a través de las guaridas fiscales. Estas son importantes no sólo por sus bajas o nulas tasas impositivas, sino también por el secretismo con el que protegen a esas firmas.

Verónica Grondona, con la supervisión de Jorge Gaggero, es la autora de esa investigación que precisa cuáles son las diferentes operaciones consideradas precios de transferencias. Dice que no son lineales y únicas y que en general las multinacionales superponen estrategias. Las siguientes son las principales maniobras:

- Reestructuraciones de negocios. Es la transferencia de funciones, activos y riesgos desde países de alta tributación hacia guaridas fiscales. Por ejemplo, bienes intangibles que se habían generado localmente como los de marketing (marca, cartera de clientes) o de manufactura (know-how local).

- Triangulaciones, subfacturación de exportaciones, sobrefacturación de importaciones. Utilizan entidades localizadas en guaridas fiscales como intermediarias de sus operaciones. Por ejemplo, multinacionales cerealeras, de oleaginosas, de hidrocarburos, mineras o bienes de consumo masivo exportan sus productos a través de intermediarios (traders) radicados en Uruguay, Panamá, Suiza a un precio mínimo –subfacturación de exportaciones–, mientras la mercadería va directamente al destino final a un precio varias veces superior, reteniendo esa filial la ganancia de la operación. Con las importaciones la operación es la inversa. De acuerdo con las estadísticas del Banco Nacional de Suiza, los ingresos por el tránsito de comercio internacional a través de Suiza aumentaron en 15 veces entre 2001 y 2011, siendo commodities (94 por ciento) la mayor parte de los productos comercializados por traders suizos. Suiza es una plaza atractiva para este tipo de operaciones por su secreto bancario y los incentivos tributarios que ofrece.

- Prestación de servicios de comercialización y/o logística desde el exterior. Es bastante frecuente la utilización de comisionistas del exterior que cobran por la realización de supuestas actividades de comercialización de 5 a 10 por ciento del valor de la venta. En los hechos, es un sobreprecio que la empresa se paga a sí misma en el exterior para hacerse de dólares al valor de la cotización oficial. También es una manera de girar utilidades.

- Realización de las ventas desde el exterior. Están los casos en que la venta local es registrada como efectuada desde el exterior, a través de una empresa comercializadora ubicada en una guarida fiscal. Esta fue la estrategia implementada por Despegar.com, al transferir el 93 por ciento de las acciones a la sociedad Despegar.com INC en Delaware, lo cual le habría facilitado realizar desde allí operaciones por un valor 10 veces superior al declarado localmente.

- Servicios intra grupo, servicios empresariales y acuerdos de contribución de costos. De manera cada vez más generalizada, y como parte de estructuras de precios de transferencia, se ubica una serie de prestaciones de servicio para el resto del grupo en una firma principal, a la que el resto de las filiales del grupo enviarán pagos en concepto de reembolso de gastos bajo acuerdos de contribución de costos o en retribución por servicios prestados. Se trata de maneras de maquillar una transferencia de utilidades a la casa matriz como pago por una prestación de servicios.

- Nivel de deuda o gastos por intereses excesivos y otros instrumentos financieros. Los gastos financieros son utilizados entre entidades vinculadas para transferir ganancias desde las filiales.

Todos estos mecanismos de precios de transferencia son para girar “activos al exterior como si fueran parte de las actividades normales del negocio eludiendo, en ocasiones, las restricciones cambiarias a través de mecanismos legales que posibilitan los pagos al exterior en concepto de retribución por operaciones intra grupo”, indica Grondona. Esta organización legal impositiva y cambiaria –la AFIP la denomina planificación fiscal nociva– tiene como objetivo principal la evasión y elusión tributaria (IVA, Ganancias y tarifas aduaneras), y en los países en desarrollo la fuga de capitales. Son operaciones diseñadas en la sede de las casas matrices, por ese motivo las multinacionales tienen un responsable de impuestos a nivel global, y luego son validados localmente por asesores fiscales y legales. La investigación y posterior denuncia de la AFIP hizo visible ese tipo de maniobras con el caso Procter & Gamble, multinacional que no es la única que participa activamente en ese opaco territorio impositivo y cambiario.

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