ECONOMíA › ENTRA EN VIGENCIA LA LíNEA DE CRéDITO PARA LA INVERSIóN PRODUCTIVA
La línea, que nació a mediados de 2012, había sufrido varias flexibilizaciones que llevaron a que una buena parte del cupo se lo llevaran grandes empresas. Por ese motivo, en esta sexta edición sólo se les prestará a las pymes.
La nueva edición de la Línea de Crédito para la Inversión Productiva entra en vigencia hoy con condiciones más rigurosas para que los bancos acerquen el financiamiento a empresas de menor tamaño. El Banco Central extendió por otro período de seis meses esta línea destinada a micro, pequeñas y medianas empresas, con beneficios en caso de que se atiendan los lugares con menor desarrollo financiero. Los bancos deberán prestar el 6,5 por ciento de su cartera de depósitos al segmento mipyme a una tasa máxima del 19 por ciento. La línea, que nació a mediados de 2012, había sufrido en las últimas reediciones varias flexibilizaciones que llevaron a que una buena parte del cupo previsto se lo llevaran grandes empresas. Por ese motivo, en esta sexta edición no se le prestará a la gran empresa. El cupo de crédito ascendería a 37.400 millones de pesos.
La línea se transformó en los últimos años en una herramienta de un alto impacto para el financiamiento de empresas en general y de las mipymes en particular, favoreciendo al sector productivo con mejores condiciones financieras que las prevalecientes en el mercado, fundamentalmente menores tasas y plazos más extendidos. Desde su puesta en marcha en julio de 2012 se otorgaron más de 100 mil millones de pesos y más de las dos terceras partes fue concedido a mipymes. No obstante, desde el Central reconocen que en el último año se desvirtuó el espíritu de la línea. Precisamente, ese tercio que no llegó a las pymes –el 34,8 por ciento de los fondos– se dirigió a grandes empresas, generalmente con espalda financiera suficiente para acceder a las líneas de créditos convencionales.
Las cámaras pymes habían denunciado ante autoridades del Central que los bancos prestaban sólo a las firmas con mayor facturación dentro del espectro mipyme. La primera denuncia había llegado al entonces titular del BCRA, Juan Carlos Fábrega, quien rechazó el planteo por considerar que se trataba de un tema a solucionar por la Sepyme. Esta secretaría establece como pyme una facturación de 183 millones de pesos anuales para el sector de Industria y Minería, de 250 millones de pesos para Comercio, de 84 millones para Construcción, de 65 millones para Servicios y 54 millones para el Agropecuario. Para sortear esta situación el directorio del Central, que encabeza Alejandro Vanoli, dispuso un esquema para estimular dentro del segmento pyme a las empresas con menor porte. Según el esquema que dio a conocer el organismo, cuando la facturación sea superior al 40 por ciento del monto máximo estipulado por la Sepyme, se contabilizará como un préstamo. Entre 15 y 40 por ciento de esa facturación, se computa como 1,1 crédito y con una facturación menor a 15 por ciento, 1,2.
Según el último relevamiento del BCRA, los principales sectores que se beneficiaron con esta línea de financiamiento desde su implementación fueron la industria (31 por ciento del total) y los servicios (24 por ciento), que son segmentos con mayor participación en el Producto local (26 y 45 por ciento del PIB, respectivamente).
Un esquema similar se establece además para incentivar la federalización del crédito. Para fomentar la colocación en zonas menos desarrolladas, los importes de las financiaciones de proyectos de inversión destinados a la adquisición de bienes de capital y servicios a imputar en el primer tramo del cupo para 2015 se calculará mediante una escala creciente en la medida en que se dirija hacia zonas con menor acceso al crédito. Con este objetivo, se confeccionó un “índice global de potencial económico”, que contempla número de usuarios, extensión de la infraestructura instalada, nivel de competencia, tamaño de los mercados locales y facilidad al acceso físico. Dentro de las localidades con infraestructura financiera (que representa el 36 por ciento del territorio), la zona 1 tendrá un ponderador de 1, la zona 2 del 1,1, la zona 3 del 1,25 y la zona 4 del 1,5. Los préstamos en localidades sin infraestructura financiera ponderarán un 1,5 por préstamo.
El organismo también resolvió que los bancos puedan destinar hasta un 20 por ciento del financiamiento a capital de trabajo asociado a proyectos de inversión, dado que las empresas más pequeñas son más intensivas en empleo, mientras que se incrementa el importe que puede ser aplicado al descuento de cheques de pago diferido, utilizado por el sector.
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