“No solamente nos hemos ocupado de desendeudar al país, sino que también se abordó el desendeudamiento de las provincias. Llegaron a deber cuatro pesos por cada peso de su Presupuesto, y hoy esa ecuación es de 18 centavos por cada peso”, puntualizó Cristina Fernández de Kirchner durante el anuncio de una nueva reestructuración de los pasivos de 17 jurisdicciones. El Poder Ejecutivo distribuirá entre las provincias 10.027 millones de pesos correspondientes a los Aportes del Tesoro Nacional. Por lo tanto, el stock de deuda a reestructurar pasará de 68.839 millones de pesos a 58.811 millones.

Desde 2010 a la fecha, el pago de intereses tuvo una quita a valor presente de 38 por ciento. “Las provincias argentinas habían sufrido también en la década del ’90 un proceso de endeudamiento feroz y bastante tramposo, porque a partir de la convertibilidad, cuando no había ni producción ni recaudación, comenzaron a tomar endeudamiento adentro del país. Fueron los préstamos más caros de la historia”, sostuvo.

El programa de desendeudamiento, iniciado en 2010, fue concretado a partir de la utilización de los ATN para reducir los montos de los pasivos, la eliminación del ajuste por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), un período de gracia hasta 2013, prorrogado hasta marzo de este año, y un perfil de vencimientos a 20 años. Las provincias incluidas son Buenos Aires, Catamarca, Chubut, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, Tierra del Fuego, Tucumán, La Rioja, Misiones, San Juan, Chaco y Santa Cruz.

La oposición suele manifestar que el Gobierno retacea recursos de la coparticipación. Sin embargo, según datos consolidados del Presupuesto 2014, el año pasado la Nación giró a las provincias 303.667 millones de pesos (coparticipación más leyes especiales), una variación de 37,12 por ciento en relación con 2013. A su vez, el Estado distribuyó 14.704 millones en concepto del Fondo Federal Solidario, que son recursos que equivalen al 30 por ciento de lo recaudado por retenciones a la soja. La coparticipación más el FFS representaron entre el 10 al 14 por ciento del stock total de la inversión pública nacional.