La Ciudad de Buenos Aires, al igual que el resto del país, se llenó de hipermercados durante la década del ‘90. La consecuencia directa sobre el empleo fue la destrucción de miles de puestos de trabajo. A pesar de que la concentración que produjo parece irreversible, el Gobierno porteño estudia un proyecto de ley para impedir durante los próximos años la instalación de nuevas bocas de grandes superficies comerciales.
La iniciativa está siendo elaborada por la Secretaría de Desarrollo Económico que conduce Eduardo Hecker, quien dijo a Página/12 que todavía falta establecer si la prohibición regirá por “cinco, diez o quince años”.
“La idea es establecer una regulación para que la Ciudad pueda planificar su estructura comercial”, indicó el funcionario. La regulación tendrá, además, una primera etapa durante la cual no será posible instalar nuevos hipermercados. Hecker aclaró, de todos modos, que los ya existentes y los que están habilitados para abrirse próximamente no correrán peligro. “No vamos a cambiar las reglas de juego”, señaló. “Los que ya compraron el terreno o prepararon la inversión y ya tienen todo autorizado podrán seguir adelante”, completó, sabiendo de la repercusión que tendrá la medida.
La Legislatura porteña recibiría el proyecto de buen grado. En la provincia de Buenos Aires ya existe una ley que regula la actividad. Sin embargo, los intentos de protección de los pequeños comercios llegaron demasiado tarde. Hecker señaló que si bien los híper “han jugado su rol”, puntualmente en la “modernización” del comercio, “han generado una desprotección muy fuerte en el comercio tradicional, el negocio barrial”. El funcionario contabilizó que desde fines de los ‘80 se perdieron “unos 50 mil puestos de trabajo”.
La legislación que pretende imponerse en la Ciudad sigue, además de la experiencia que hay dentro del país, las líneas que se fijaron en otras grandes ciudades del mundo, como París, Madrid o Nueva York. “Mientras aquí hubo un gran crecimiento en la instalación de hipermercados en el casco urbano, ellos cuidaron una estructura comercial equilibrada”, indicó. Y luego insistió en que “si bien cada uno de los emprendimientos genera muchos empleos, también son muchos los que se pierden. En el balance fueron más los destruidos que los creados”. El proyecto será elevado a Aníbal Ibarra y luego llegará a la Legislatura. Entre tanto, se reabrirá un debate que estaba clausurado.