ECONOMíA
› RADIOGRAFIA DEL ENDEUDAMIENTO PRIVADO EN EL 2003
Hola canje, adiós default
Durante los tres primeros trimestres de 2003 no hubo nuevos defaults de empresas privadas. En el mismo período, las primeras 100 empresas más importantes del país emitieron deuda por cerca de 2700 millones de dólares, aunque sólo fue deuda “genuina” alrededor de 590 millones. Los 2100 millones restantes se destinaron al canje de deuda vieja. Entre los grandes emisores que intentaron salvarse de la cesación de pagos se encuentran los bancos y privatizadas. Entre los que colocaron deuda nueva, también bancos, empresas constructoras y, en menor medida, el sector petrolero. El relevamiento fue hecho por la Fundación Capital, que llamó al Estado a “ cumplir un rol decisivo” para cumplir con las “reformas pendientes” para la recuperación del mercado de deuda corporativa.
En pocas palabras, el 2002 fue el año de los defaults de las empresas que se endeudaron durante los ‘90, muchas veces las mismas firmas que remitieron cuantiosas utilidades al exterior, y el 2003, al menos en sus tres primeras cuartas partes, el año en el que comenzaron a reestructurarse estas deudas. Mientras que en 2002 sólo se registraron 8 renegociaciones, en 2003 existieron 15 reestructuraciones formales que involucraron recompras de deuda por 816 millones de dólares. El problema es que, a pesar de las renegociaciones, lo que resta de 2003 y los años por venir traerán también fuertes vencimientos de capital e intereses. En el cuarto trimestre vencen más de 1000 millones de dólares, cerca de 4200 en 2004 y casi 2600 millones en 2005.
Según la consultora fundada por el actual secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Martín Redrado, los sectores involucrados “necesitan que se realicen las reformas pendientes”. A saber: que el Estado concluya la refinanciación de su deuda para que exista un marco de referencia, que se reestructure el sistema financiero (expresión cuyo significado dependerá de su contenido) y, dado que las privatizadas se cuentan entre las más endeudadas, que se brinde “una solución definitiva al problema tarifario”.
Dado que tal solución definitiva incluye, por ejemplo, traspasarles a los usuarios vía mayores tarifas, parte de la deuda empresaria, vale destacar que el sector público se enfrenta una vez más a un viejo comportamiento de la cúpula empresaria. El mismo consiste en usar a su favor el poder de regulación del Estado cuando, tras aprovechar los ciclos de alta valorización financiera interna vía el arbitraje entre las tasas locales y las internacionales, la crisis sistémica inexorablemente llega.