“Es una sanción chavista”, calificó ayer el vicepresidente del Banco Ciudad, Juan Curutchet, la inhabilitación dispuesta por el Banco Central sobre el responsable del Citibank sucursal argentina, Gabriel Juan Ribisich, por incumplimiento del marco legal vigente en el país al acordar con un grupo de fondos buitre las condiciones para salir de la operatoria de custodio de bonos de la deuda soberana. La autoridad monetaria fundamentó anteayer la inhabilitación del ejecutivo de la entidad en que, con su accionar, “desconoció el marco legal vigente en la Argentina en lo referente a las normas de orden público sobre reestructuración de deuda soberana y de ejecución de convenios celebrados en el extranjero en contravención de leyes locales”. Curutchet manifestó su solidaridad con el directivo, aunque reconoció no saber el grado de culpabilidad de Ribisich. “No digo que no sea responsable, sino que no es la forma”, dijo en declaraciones radiales. El directivo del Ciudad se quejó del tratamiento express de la sanción, aunque el Gobierno había advertido –el propio Citi lo reconoció también en las apelaciones ante Griesa– que si no cumplía con su responsabilidad en la cadena de pagos podría haber sanciones para el banco y sus directivos.

El Citibank rubricó el 20 de marzo último un acuerdo con el grupo de fondos buitre que encabeza NML Capital, de Paul Singer, para conseguir el consentimiento del juez Thomas Griesa para poder transferir los vencimientos de deuda bajo legislación argentina hasta el 30 de junio. El convenio buscó sortear la traba que se autoimpuso la propia entidad al consultarle al magistrado de Nueva York cómo actuar en la Argentina. Fue la única entidad que, en su rol de custodio de títulos de deuda bajo ley argentina, recurrió a Griesa para pedirle autorización para el pago de los servicios de esos bonos. El juez habilitó de manera excepcional en tres oportunidades el pago, pero rechazó que se reconociera el derecho pleno de los acreedores a cobrar. El Citi dio marcha atrás en su apelación y prometió a Griesa no hacer nuevas presentaciones, al tiempo que le notificó un plan para retirarse del país como custodio de los bonos.

Las autoridades regulatorias no sólo consideraron este arreglo violatorio de las leyes argentinas, sino que dispusieron quitarle preventivamente al Citi la licencia para operar en el mercado de capitales. La Comisión Nacional de Valores transfirió esa facultad a la Caja de Valores, quien se encargó de pagarles a los tenedores locales de deuda en pesos y dólares bajo legislación argentina. El Citi comunicó la inhabilitación a los dos agentes de pago en el exterior, Euroclear y Clearstream, así como el resultado del acuerdo alcanzado con los fondos buitre y el juez Griesa, en cuanto al futuro abandono del negocio de custodia de bonos de deuda soberana.

“Es gravísimo. Imaginemos que efectivamente el presidente del Citi incurrió en un acto contrario a las normas argentinas. Lo que me impacta es la sanción express. Si se hubiese hecho un sumario, se producen pruebas y se lo investiga, entonces estaría bien la sanción”, opinó ayer Curutchet sin dar cuenta del proceso previo al arribo de la inhabilitación. Desde que Griesa trabó el pago de los vencimientos de junio del año pasado, el Gobierno había alertado de las responsabilidades en la cadena de pagos. El directivo del banco porteño lamentó que a Ribisich “lo liquidaron en 24 horas y al tipo lo dejaron sin laburo. Por eso para mí es una sanción chavista”.

Sin embargo, desde el propio Banco Central se aclaró que “no se trata de una sanción, por lo tanto no hay sumario previo”. Se trata del retiro de la habilitación para actuar como representante legal de la sucursal, ante el accionar que mantuvo el señor Ribisich en estas semanas en forma violatoria de las leyes argentinas, como se explica en el comunicado.

El banquero macrista aprovechó además para sumar desconcierto en el sistema financiero. “Esto mete ruido en el sistema. Afecta el clima de negocios, a la inversión. Todo el tema con el dólar. Si digo algo que no les gusta, me inhabilitan mañana”, simplificó Curutchet la sanción por no cumplir con las leyes locales y dejar sin protección a los bonistas. “No es el país en el que yo quiero vivir”, concluyó.

Desde el Banco Central, se reiteró ayer que la firma del acuerdo con los buitres no tuvo en cuenta “la situación de desprotección a la que expuso a usuarios de servicios financieros y la afectación de los sistemas de pago del país, además del incumplimiento en el que incurría respecto de las disposiciones de la Ley de Entidades Financieras y demás normas reglamentarias”. “La inconducta del señor Ribisich denota un desempeño que no respeta el estándar mínimo de idoneidad”, había argumentado, en su resolución, el BCRA.