Por R. D.

Unos 180 mil aparatos celulares fueron decomisados en un operativo conjunto de la AFIP y Aduanas, que habrían sido ingresados de contrabando al país provenientes de Estados Unidos. En los últimos días se practicaron unos 60 allanamientos ordenados por el juez federal Guillermo Tiscornia, la mitad en la provincia de Córdoba y la otra mitad en el área metropolitana bonaerense. Como resultado de éstos, quedaron detenidas dos personas en Córdoba y una tercera permanece prófuga, según informó ayer el director de Aduanas, José Sbatella.
Según comentaron fuentes de la Aduana a este diario, los aparatos de telefonía móvil eran ingresados al país y revendidos a través de dos empresas fantasma, que destinaban los equipos no sólo al mercado interno sino también a países limítrofes. Los códigos de identificación de los equipos habían sido adulterados y también se había falsificado el estampillado, para hacer aparecer como “legal” el ingreso de parte de esos equipos. La investigación, señalaron en tanto otras fuentes oficiosas, también alcanzará a empresas intermediarias que colocaban los aparatos en el mercado local y externo, y a las empresas que los vendían desde Estados Unidos, facilitando la operación ilegal. Según fuentes judiciales, esta segunda investigación ya dio lugar a la apertura de otra causa paralela.
Dada la magnitud y lo sofisticado de la operación, se presume que la organización que estaba detrás de esta maniobra era lo suficientemente grande como para estar conectada, además, con importantes circuitos de distribución. “Si se decomisaron 180 mil aparatos, se puede estimar que se deben haber realizado operaciones por un volumen bastante más importante”, especuló un allegado a la investigación. Por ahora, el secreto de sumario impide conocer el nombre de las empresas involucradas, pero las derivaciones de la maniobra podrían terminar deparando alguna sorpresa importante en cuanto a los nombres que resulten involucrados.