La compraventa de propiedades sumó 1629 operaciones en febrero, con una merma del 18,4 por ciento respecto del mismo mes del año pasado y del 6 por ciento en relación con enero. Así lo informó ayer el Colegio de Escribanos de la ciudad de Buenos Aires. Las transacciones del sector fueron las más bajas para febrero de los últimos trece años. El precio de los inmuebles, pese a este desempeño, se mantuvo –o incluso anotó incrementos–. Un informe privado del sector reveló que existen 341 mil viviendas vacías en Capital Federal, mientras que medio millón de porteños habitan en viviendas en malas condiciones o hacinados. El precio de los alquileres, agregó el documento, asciende a más de la tercera parte del salario promedio de la Ciudad.

Las escrituras continúan mostrando una fuerte contracción, tras las limitaciones impuestas a la compra de dólares en el mercado cambiario a fines de 2011. En lo que va del año se computaron 3352 operaciones, con una disminución del 16,7 por ciento respecto del mismo período de 2014. Como referencia, vale mencionar que en el primer bimestre del 2010 se registraron 6762 operaciones de compraventa de inmuebles.

Las leyes de oferta y demanda señalarían que, en un mercado sin movimiento, los precios tenderían a bajar, pero la situación del negocio inmobiliario es la opuesta. La consultora especializada Reporte Inmobiliario precisó que el valor promedio del metro cuadrado ascendió a 1718 dólares en febrero, con un incremento del uno por ciento respecto del mismo mes del año pasado. El indicador contempla la compra de departamentos de 2 y 3 ambientes, el tipo de unidad habitacional más representativo para evaluar los costos del sector.

¿Por qué los precios suben cuando cada vez se vende menos? El Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) afirmó que “el mercado inmobiliario de la Ciudad muestra un comportamiento disfuncional. Los sectores de elevados ingresos adquieren las propiedades como un instrumento de ahorro. Estos inmuebles no se piensan para habitarlos o ponerlos en alquiler, sino tan sólo para mantenerlos ociosos como un mecanismo de conservación de la riqueza”. Agregó que “este fenómeno no resulta menor, porque eleva el precio de las propiedades para los que las precisan como vivienda, tanto del alquiler como del metro cuadrado para la compra”.

El relevamiento de datos del mercado inmobiliario de CESO precisó que existen 1.150.134 viviendas en la ciudad de Buenos Aires, de las cuales el 24 por ciento se encuentra sin uso (deshabitadas). La comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) computa el mayor número de viviendas en esta condición, con 52.411 propiedades vacías. En el detalle por barrios siguen la comuna 14 (Palermo), con 41.670 inmuebles, la comuna 2 (Recoleta), con 37.098, y la comuna 13 (Belgrano, Colegiales, Núñez), con 31.901. La comuna 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo, Villa Lugano) es la que tiene menos viviendas deshabitadas, con 6746.

La importante cantidad de unidades ociosas contrasta con el número de individuos que atraviesan situaciones de déficit habitacional, lo que se debe al hacinamiento y la mala condición edilicia, entre otras. “La ciudad de Buenos Aires tiene 173.721 familias con necesidades de acceder a viviendas dignas. Esto involucra a más de medio millón de porteños”, indicaron en CESO. Precisaron que en torno de 109.000 hogares sufren hacinamiento, con una cantidad de individuos viviendo en un mismo ambiente o por encima de los límites aptos para garantizar la calidad de vida. Desde la Organización de Médicos del Mundo agregaron a este panorama que 16.753 personas viven en situación de calle en la Capital Federal.