“No existe el cepo cambiario. Impusieron ese nombre con intencionalidad política. Los economistas que dicen que van a levantar el cepo que digan a qué llaman cepo y qué quiere decir levantarlo”, indicó el ministro de Economía, Axel Kicillof. Criticó la noción de “cepo” con el argumento de que el Banco Central vende regularmente dólares a los importadores, a las empresas extranjeras que quieren girar utilidades, para pagar los vencimientos de la deuda externa y también a los ahorristas, aunque con condiciones. En la misma línea se manifestaron el secretario de Comercio, Augusto Costa, y el titular del Banco Central, Alejandro Vanoli.

La polémica surgió en los últimos días a partir de las declaraciones de economistas, algunos ligados a precandidatos presidenciales. Por ejemplo, Rogelio Frigerio, presidente del Banco Ciudad, dijo: “¿Cómo no se va a poder salir del cepo? Lo aberrante es tener cepo, no salir de él”. Del equipo de Sergio Massa, Miguel Peirano pidió “salir del cepo pero evitando los reduccionismos, los atajos fáciles y las lógicas monetaristas”. La ministra de Economía de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires, Silvina Batakis, prefiere “terminar con el cepo en forma gradual, a medida que ingresen más divisas”, aunque aclaró que “todos los países administran sus reservas, ninguno las rifa”. Miguel Bein, también cercano a Scioli, sugirió limitar más el dólar-ahorro, en la medida en que considera que “son 10 millones de tipos que se quieren llevar el Banco Central a la casa”.

Ayer Kicillof planteó que “hay un efecto termo en la economía argentina. Rusia devaluó 120 por ciento, Brasil treinta y pico; hay una guerra de monedas en el mundo. Hay lío con la disponibilidad y el precio de las divisas en todos lados. O sea que va a haber novedades con el dólar, pero no acá, en el exterior”. “Argentina tiene reservas y recibe una determinada cantidad de dólares por año. ¿Para qué las utiliza? Una parte para importar, un montón de plata. Se importan bienes de lujo y también todos los insumos para la producción industrial. Otro tanto es para pagar deuda externa y otra parte para las utilidades que las empresas extranjeras envían divisas a sus casas matrices. Otro uso de las divisas es el dólar tenencia. No veo ningún cepo”, agregó. De todos modos, se mostró de acuerdo “con que los argentinos discutamos los usos prioritarios de un recurso que es escaso en todos los países, salvo Estados Unidos”.

El año pasado el país importó 65 mil millones de dólares que se concentraron en el sector energético, el automotor, la industria química y la electrónica. Si bien el Gobierno despliega una férrea administración del comercio, en términos agregados ese esfuerzo no tiene un efecto decisivo. A utilidades y dividendos se destinaron 1316 millones de dólares, en línea con los valores de 2013, que están muy por encima de 2012 pero por debajo de los años previos. En el capítulo de dólar para ahorro, el año pasado se vendieron 3 mil millones de dólares, operaciones que aprobó la AFIP en función de la capacidad de compra de cada contribuyente, según la explicación oficial. “Hubo una protesta que se denominó cacerolazo (hace ya más de un año y medio) que tuvo que ver con la aspiración de muchos argentinos de comprar dólares. No estoy en desacuerdo, pero tienen que demostrar de dónde sacan el dinero para hacerlo”, señaló Kicillof.

Por su parte, Alejandro Vanoli recordó que “las reservas internacionales aumentaron en 3500 millones de dólares en los últimos meses, con un aumento en los giros para pagos de sectores productivos y para ahorro personal (...). Es peligroso que candidatos o referentes económicos traten de instalar esta sensación de que existen regulaciones que no son razonables. Las palabras tienen un peso muy importante. El cepo es un elemento de tortura abolido por la Asamblea del Año 13. La utilización de ese nombre tiende a desnaturalizar cualquier intento de un Banco Central de establecer regulaciones financieras y cambiarias mínimas. En todo el mundo se aplican regulaciones por lo que pasó después del estallido económico de 2007, y se acepta que el mercado no puede tener una independencia absoluta”, agregó. Vanoli además aseguró que “en los últimos seis meses se elevaron en más de un 50 por ciento los pagos de importaciones, que se habían reducido el año pasado”.

Augusto Costa coincidió con Kicillof e indicó que “no existe cepo a la compra de dólares, lo que hace el Gobierno es administrar las divisas”. El funcionario sostuvo que la administración de las divisas determina que, en el caso de la compra de dólares para ahorro, se deba “demostrar la capacidad contributiva”. “La administración de las divisas garantiza condiciones de previsibilidad y estabilidad económica”, consideró Costa.