La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) ratificó el paro de 36 horas a partir de mañana ante la falta de acuerdo con las cámaras patronales en la paritaria del sector. La medida, de todos modos, quedó a la espera del resultado de la reunión para acercar posiciones que tendrá lugar hoy en el Ministerio de Trabajo. El gremio liderado por el jefe de la CGT Alsina, Antonio Caló, reclama un 32 por ciento de aumento en dos cuotas, el 20 por ciento en abril y el 12 restante en julio. Los empresarios ofrecen un 22 por ciento anual “a definir cómo se divide, en términos de cuotas y sumas fijas” y rechazan el acuerdo puente hasta mitad de año.

Anteayer se realizó una nueva reunión del gremio con las cámaras empresarias en donde no se obtuvieron resultados. Por eso el secretario adjunto de la UOM, Juan Belén, dijo que “estamos más cerca del paro”, como modo de aumentar la presión sobre las empresas. Les atribuyó la idea de “achicar los costos del salario” y planteó que “están jugando con el tiempo, especulando, mientras a nosotros no nos alcanza para comer. Si no hay poder adquisitivo no hay consumo, se están tirando tierra en los ojos, así no vamos a comprar heladeras ni hornos ni nada”, agregó. Ante la amenaza concreta de una medida de fuerza, Belén admitió que “el ministro –por Tomada– nos pidió hasta el jueves a las 11 de la mañana, que va a hacer algunas gestiones a ver si se acercan posiciones entre las partes”.

La paritaria metalúrgica es una de las más importantes por su peso económico. El gremio tiene 300 mil afiliados que se desempeñan en una enorme cantidad de empresas que generan una buena porción del valor agregado de la manufactura local. Además tiene el condimento de que la conducción del gremio está políticamente alineada con el gobierno nacional, mientras que el sector patronal es heterogéneo en todo sentido, desde Techint, el mayor grupo empresario del país y opositor al Ejecutivo, a cientos de pymes y una entidad madre como Adimra, liderada por Juan Carlos Lascurain y Gerardo Venutolo, de buen vínculo con el kirchnerismo.

“Cuando es tan grande la diferencia entre lo que piden y lo que nosotros ofrecemos hay que ponerse de acuerdo sobre los factores en los que se basa cada uno. Nosotros miramos los costos esperados para el año. No vemos un escenario inflacionario del 32 por ciento sino una cifra bastante menor. Además, no hay retraso salarial acumulado”, es el planteo que escuchó Página/12 de la parte empresaria. En relación con las sumas fijas, que en Trabajo mencionan como método de acercamiento, desde las patronales advirtieron que “puede ser una metodología de apertura, pero no nos engañemos, todo termina impactando en el porcentaje”.

La UOM arrancó el año con un pedido del 35 por ciento. En este momento están un escalón más abajo, ya que quieren el 20 por ciento en abril y un 12 por ciento en julio. “Los empresarios dicen que va a bajar la inflación. El año pasado firmamos por el 29 por ciento y fue superado por los precios”, justifican desde el gremio, tomando mediciones no oficiales de precios. “Estos tipos son terribles para meter la mano en el bolso”, graficó Belén. La UOM sumó presión con la amenaza de paro de 36 horas, sujeto todavía al resultado de la reunión de hoy en la sede laboral, en la cual podría haber acercamientos pero difícilmente un cierre de la negociación.