ECONOMíA › AMPLIACION DE LAS OPCIONES DE FINANCIAMIENTO A TASAS SUBSIDIADAS
El Banco Central incorporó ayer más opciones de financiamiento dentro de la Línea de Crédito para la Inversión Productiva (LCIP), con el objetivo de sumar instrumentos para la micro, pequeña y mediana empresa. Entre las alternativas incluidas se encuentran la posibilidad de descontar facturas conformadas (entregadas por proveedores) y certificados de obra pública. En diciembre último había sumado la alternativa de canjear cheques de pago diferido. La línea obliga a los bancos a destinar el 6,5 por ciento de los depósitos del sector privado en préstamos a 19 por ciento anual a un plazo mínimo de 36 meses. Frente a las dificultades que encuentran algunas entidades para alcanzar el cupo previsto se les permitirá computar también líneas de prefinanciación de exportación y créditos para la importación de bienes de capital e insumos. Esto también permitirá el ingreso de dólares frescos al stock de reservas, ya que para estos casos las divisas deberán provenir del exterior.
Desde su instrumentación, en julio de 2012, esa línea permitió asignar préstamos por más de 110.000 millones de pesos. Para el semestre en curso, la autoridad monetaria prevé que se volcarán al sector productivo, esencialmente pymes, un piso de 37.000 millones de pesos. “Las estimaciones con que cuenta el BCRA a partir de la información que remiten las entidades financieras permiten proyectar que se superará el objetivo”, según la entidad que conduce Alejandro Vanoli. Los principales sectores que se beneficiaron con esta línea de financiamiento fueron la industria (31 por ciento del total) y los servicios (24 por ciento), que son los segmentos con mayor participación en el producto local (26 y 45 por ciento del PIB, respectivamente).
En diciembre del año pasado el organismo incluyó la posibilidad de que las pymes descontaran cheques a la misma tasa que la definida para préstamos. El costo que cobraban los bancos por este servicio era de más del 30 por ciento anual. En esta ocasión, para ampliar el abanico de opciones para el sector y ante la imposibilidad de algunos bancos pequeños de cumplir con el piso requerido, se les permitirá computar el descuento de facturas conformadas. Se trata de facturas entregadas, pero no pagadas –el pago está diferido– con las cuales se solicita al banco que se adelante el dinero (con un descuento, ahora de 19 por ciento anual). También se suman los certificados de obra pública en manos de pymes y, sólo en caso de bancos pequeños, se computará también a empresas grandes en ese rubro. Esta opción es para aquellos bancos que operen como agentes financieros el gobierno nacional y de los gobiernos provinciales y municipales.
Los bancos también podrán incorporar en la LICP los créditos desembolsados en concepto de prefinanciación de exportaciones a empresas que no sean grandes exportadoras. Sólo se permitirá incluirlas “en la medida en que estén fondeadas con líneas de crédito del exterior, nuevos préstamos externos u obligaciones negociables colocadas en el exterior”, señala la resolución del Central. Esto permitirá sumar dólares a las reservas. Asimismo, se sumarán las financiaciones de importaciones de insumos o bienes de capital, las cuales también “deberán provenir de líneas de crédito de bancos del exterior”. En estos casos no se discriminará por tamaño de empresa y la tasa a la que se preste será libre.
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