@La presidenta, Cristina Fernández, anunció ayer el envío al Congreso de un proyecto de ley para hacer automática la movilidad de la Asignación Universal por Hijo (AUH), la asignación por embarazo y las asignaciones familiares para trabajadores en relación de dependencia. La actualización propuesta para esos beneficios es a través de la fórmula que rige en la movilidad de los haberes jubilatorios. Además, el Gobierno definió la que sea probablemente la última suba discrecional de las asignaciones familiares para todo el universo de trabajadores, del 30 por ciento, por lo que la AUH pasó de 644 a 837 pesos. “Nuestra AUH que fue muchas veces criticada, es hoy para el Banco Mundial, la Cepal, la FAO y los principales cientistas sociales, uno de los principales programas de políticas públicas de lucha contra la pobreza y el hambre”, calificó CFK.

La AUH y la asignación por embarazo se incorporaron en 2009 al régimen de asignaciones familiares, en el cuerpo de la Ley 24.714, a través de un Decreto de Necesidad Urgencia (DNU). Sin embargo, su actualización quedó sujeta a la decisión del Gobierno. De esa manera, pasó de 180 pesos por hijo en noviembre de 2009 a 220 pesos en octubre de 2010 (suba del 22,2 por ciento), a 270 pesos en octubre de 2011 (22,7 por ciento), a 340 pesos en septiembre de 2012 (25,9 por ciento), a 460 pesos en mayo de 2013 (35,3 por ciento) hasta 644 pesos en mayo de 2014 (40 por ciento).

La suba de ayer, del 30 por ciento, ubica a la AUH en 837 pesos desde el 1º de julio. La mejora alcanza a 3,6 millones de hijos de trabajadores no registrados o desocupados, y a 70 mil embarazadas. Si se le suma el importe de ayuda escolar de 700 pesos que se otorgó al inicio de las clases, la suba del estipendio mensual roza el 40 por ciento. En paralelo, las asignaciones familiares para trabajadores en relación de dependencia de la escala salarial más baja sube de 644 a 837 pesos, con impacto sobre 1,8 millón de niños; los del grupo siguiente, de 432 a 562 pesos (900 mil chicos); la franja que le sigue, de 260 a 338 pesos (627 mil chicos) y la escala superior, de 132 a 172 pesos (633 mil chicos). También se definieron nuevos topes en la escala de ingresos para las asignaciones y su movilidad automática. Además, se estableció que los pueblos de la Patagonia reciban un estipendio 30 por ciento superior al del resto del país, en virtud del mayor costo de vida que existe en esa región.

“Como estos logros deben ser resguardados, vamos a enviar una ley al Congreso”, señaló ayer la Presidenta. Se trata de un punto que siempre despertó señalamientos, porque si bien la medida está formalizada en una norma, su evolución no contaba con ese status. El riesgo que se planteaba era que la AUH, así como las demás asignaciones, podía quedar vacía de contenido. Vigentes, pero inocuas. El horizonte electoral y el ya cercano recambio presidencial definieron que el Gobierno haga uso de su última actualización discrecional y complete el rédito político, a través de la consolidación de la medida como una auténtica política de Estado.

El proyecto de ley se enviará en los próximos días al Congreso y se descuenta que será aprobado. La AUH se actualizará desde el año que viene según la fórmula que rige en la Ley de movilidad jubilatoria. Ese índice establece dos ajustes anuales que, se demostró, tuvieron resultados virtuosos. Desde comienzos de 2009, cuando entró en vigencia la movilidad jubilatoria, el haber mínimo pasó a través de trece subas de 690 a 3821 pesos, lo que representa un alza del 454 por ciento, muy por encima de la medición de precios más pesimista. La fórmula se basa en cuatro componentes: la evolución de los salarios, la marcha de los ingresos fiscales totales (tributarios y previsionales), la evolución de la recaudación previsional en particular y la variación en la cantidad de beneficiarios del sistema, única variable que juega en contra del índice.

Desde el Gobierno apuntan que la discrecionalidad en los aumentos de las asignaciones tenía razón de ser en que era necesario tener pleno control de esa variable para que se mueva en función de las necesidades generales de la economía. En el esquema que se abre ahora, de todos modos, recuerdan que hay herramientas –la ayuda escolar o los bonos específicos– para que el Gobierno pueda incidir de manera positiva en el índice.

Los aumentos anunciados suponen una inversión social adicional de 19.090 millones de pesos. Además del obvio impacto positivo para los beneficiarios, también juega a favor de la demanda y del crecimiento económico nacional. El Ministerio de Economía calculó que la mejora en las asignaciones agrega 0,4 punto porcentual de aumento del PBI y 0,5 punto porcentual en el consumo agregado. De hecho, ayer CFK destacó que la AUH se destina al consumo de alimentos (y aprovechó para responderle, sin nombrarlo, al dueño de Arcor, Luis Pagani, quien dijo que el año que viene era necesario aplicar un ajuste), seguido de ropa y calzado y pañales descartables. También subrayó que “la AUH empodera a las mujeres, ofrece posibilidades económicas de sustraerse a la violencia de género”.

Varios de los datos que citó ayer CFK los tomó de Bernardo Kliksberg, presidente de la Red Latinoamericana de Universidades por el Emprendedurismo Social y director de un exhaustivo estudio sobre la AUH. “Con esto vamos a lograr que la AUH no esté sujeta a que alguien quiera licuar el beneficio y que pase a ser un recuerdo con el paso del tiempo. Es un sistema que en serio funciona. Cuídenlo y manténganlo”, cerró CFK para propios y ajenos.