El acuerdo que define las características del comercio automotor entre Argentina y Brasil fue prorrogado ayer por un año. Se mantienen las condiciones del convenio ya existente, que permite comercio libre de aranceles dentro de los parámetros que define el llamado coeficiente “flex”, con máximos exportables en función de las cantidades importadas desde el otro país. También se estableció el compromiso de mantener las cuotas respectivas de mercado, de los autos argentinos en Brasil y viceversa, y la voluntad de sustituir producción de extrazona por partes regionales.

Ayer viajaron técnicos argentinos y brasileños a Montevideo, sede de la Aladi, para concretar el acuerdo. En realidad, se trató de una formalidad, porque las pautas de la prórroga estaban acordadas hace un mes, después de varios encuentros entre el ministro de Economía, Axel Kicillof; el canciller Héctor Timerman y el titular de la cartera industrial de Brasil, Armando Monteiro, y el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira. Hace dos semanas la ministra de Industria, Débora Giorgi, se reunió con ambos funcionarios del país vecino para cerrar detalles.

A partir del 1° de julio y por el lapso de un año continuarán en vigencia las condiciones del comercio bilateral automotor que rigieron desde mediados de 2014. “No hubo alteración de las reglas”, sintetizó el gobierno brasileño. El coeficiente “flex” sigue activo, de modo que por cada dólar que Argentina exporta a Brasil en autopartes y vehículos, puede importar hasta 1,5 dólar libre de impuestos. También se estableció el compromiso de mantener las cuotas de mercado, del 11 por ciento de los autos argentinos en Brasil y del 44 por ciento de los vehículos brasileños en la plaza local. Quedará para el año que viene la propuesta argentina de desdoblar el flex en autos y autopartes, que podría actuar como incentivo a la mejora de la integración nacional de partes en los autos que ensamblan las terminales.