ECONOMíA › EL ORGANISMO MULTILATERAL SE PRONUNCIó A FAVOR DE UNA DEVALUACIóN
“La eliminación de las distorsiones de precios y del tipo de cambio, junto con un ajuste fiscal y una política monetaria algo más restrictiva, elevaría la confianza”, aseguró la entidad con respecto a Argentina. Críticas de Kicillof.
› Por Federico Kucher
“La eliminación de las distorsiones de precios (recorte de subsidios a la energía y el transporte) y del tipo de cambio, junto con un ajuste fiscal y una política monetaria algo más restrictiva, elevarían la confianza del sector privado e impulsarían el crecimiento a mediano plazo en Argentina”. Estas fueron las recomendaciones de política económica del Fondo Monetario Internacional publicadas ayer en el informe “Las Américas: ajustando bajo presión”. El organismo de crédito internacional, que fue duramente cuestionado por no haber anticipado el estallido de la crisis financiera global en 2008, indicó que la expansión del gasto público permitió recuperar algo de actividad este año a costa de ampliar los desequilibrios macroeconómicos para 2016, año en el que estimó una recesión del 0,7 por ciento para el PBI argentino. El ministro de Economía, Axel Kicillof, quién viajó ayer por la mañana a la reunión del Fondo en Lima, criticó las propuestas de corte ortodoxo del organismo, al tiempo que subrayó la recuperación de los indicadores económicos en los últimos meses. “Resulta muy llamativo el escenario pesimista planteado por el FMI para la Argentina, donde se estima un crecimiento casi nulo para 2015 y una situación recesiva para 2016”, apuntó.
El documento del organismo a cargo de Christine Lagarde planteó en forma explícita la visión conservadora respecto de las tensiones que enfrenta el país. Uno de los puntos en los que quedó expuesta la mirada neoliberal del Fondo fue en su explicación respecto del proceso inflacionario local. “La inflación sigue siendo elevada por la monetización del déficit fiscal (emisión monetaria para cubrir inversiones sociales, de infraestructura y gastos corrientes del sector público). Por esta razón, la inflación de Argentina fue la quinta más elevada del mundo en 2014”, indicó el informe. La entidad, que se concentró en echar culpas a las erogaciones estatales, no mencionó el efecto distorsivo de la devaluación de comienzos de 2014, la cual generó importantes remarcaciones de los empresarios acelerando la variación de los precios minoristas. En contraste, se mostró a favor de que países emergentes como la Argentina continúen depreciando sus monedas para incrementar el volumen de exportaciones.
El documento del organismo, con el objetivo de argumentar el pronóstico de relativo estancamiento del PBI argentino para 2015 (0,4 por ciento) y de recesión de la actividad para 2016 (0,7 por ciento), se refirió además a las tensiones estructurales que estarían afectando la capacidad del país para crecer. “La falta de acceso al mercado (de deuda) impacta en la actividad, y las políticas macroeconómicas y microeconómicas distorsivas están afectando los fundamentos económicos del país”, apuntó. Kicillof se mostró disconforme con estas previsiones, al asegurar que en los últimos meses la economía evidenció un importante repunte vinculado con las decisiones del Estado de incrementar la demanda del mercado interno a través del gasto público. “Hubo clara recomposición económica: solo en el primer semestre de 2015 se observa un crecimiento anual del 2,2 por ciento, el cual continuará en el tercer trimestre para consolidarse por encima del 2 por ciento en el cierre del año”, mencionó. Aseguró que “las diferentes políticas fiscales expansivas sumadas a los incrementos salariales obtenidos a través de las negociaciones colectivas de trabajo fueron claves en la recuperación”.
El Fondo Monetario Internacional, tras diagnosticar las dificultades que atraviesa la economía local (y regional), realizó recomendaciones puntuales acerca de cuales deberían ser las medidas de política económica del Gobierno que asuma en diciembre. “Para reactivar el crecimiento, la Argentina deberá eliminar las distorsiones microeconómicas, las cuales hacen todavía más necesario un ajuste macroeconómico”, indicó la entidad. Detalló que para avanzar en esta medida se deberá liberar el control sobre la compra de divisas, terminar con los acuerdos de precios (como el programa Precios Cuidados) y dejar de regular las tarifas de los servicios públicos. “Se necesitará –agregó el Fondo– un ajuste fiscal y una orientación monetaria más restrictiva para contener los efectos de la inflación. A su vez, la eliminación de subsidios distorsivos allanará el camino para alcanzar un crecimiento más equitativo.”
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