La mayor empresa productora de alimentos del país, Arcor, adquirió el 25 por ciento de Mastellone Hermanos, otra firma de posición dominante. El acuerdo consiste en un desembolso de 50 millones de dólares como inversión líquida y otros 10 millones de dólares en compra de títulos a tenedores de acciones. Todavía resta el visto bueno de Defensa de la Competencia, aunque en las compañías descuentan que la operación será aprobada. Con la integración entre ambas compañías se incrementa el grado de concentración económica del sector y del grupo de los llamados formadores de precios.

Según su balance contable, Arcor embolsó una ganancia integral el año pasado de 907 millones de pesos, una suba del 21 por ciento con respecto a 2013. Ese resultado lo obtuvo gracias a ventas de bienes y servicios por más de 25 mil millones de pesos. Su principal unidad de negocios es golosinas y galletitas, con ventas en 2014 por casi 7 mil millones de pesos al mercado interno. En este rubro es la primera empresa de América latina. Los ingresos por ventas de galletas superaron los 5 mil millones de pesos, gracias a la fusión que realizó en 2004 con Bagley, del grupo francés Danone, que le permite tener liderazgo en ese mercado en competencia con la estadounidense Kraft Foods. También produce chocolates, packaging, alimentos e insumos para su propia producción, como es el caso de la leche, la fructosa, glucosa, azúcar, sémola y alcohol etílico.

Puesto en otras palabras: Topline, Mogul, Menthoplus, Bagley, Rumba, Saladix, Maná, Opera, Chocolinas, Tentaciones, Criollitas, Sonrisas, Bon o Bon, Cofler, Tofi, Aguila, Rocklets, Cabsha, La Campagnola, BC, Salsati y Presto Pronta, entre otras, son las formas cotidianas que adopta Arcor. Con la compra de Mastellone, a esa lista se sumará nada menos que La Serenísima, líder en leches, manteca, dulce de leche y quesos.

La Serenísima tiene 4500 empleados y procesa 4,5 millones de litros de leche por día que traslada en una flota de 1350 camiones. Junto a Sancor, domina el mercado de lácteos, muy lejos de cualquier otro competidor. Su delicada situación financiera es el trasfondo de la operación de compra por parte de Arcor, en un contexto internacional de baja del precio de la leche. Las ventas de La Serenísima ascendieron el año pasado a 12 mil millones de pesos, pero el resultado neto cerró con una pérdida de 457 millones, que luego se compensó contablemente con el revalúo de activos.

El acuerdo entre ambas empresas supone una inyección de 50 millones de dólares y otros 10 millones en compra de títulos a accionistas de Mastellone. Con ese aporte, Arcor tendrá una cuarta parte de La Serenísima. Contará con una representación proporcional en el directorio, desde donde buscará ejercer influencia en la gestión diaria. Además, el convenio supone la posibilidad de comprar otro 10 por ciento en 35 millones de dólares en febrero de 2017 y desde allí hasta 2020, llegar al 50 por ciento. A partir de ese año queda abierta para Arcor la posibilidad de concretar la compra total de Mastellone Hermanos. Con la inyección de dinero, La Serenísima planea implementar mejoras en sus polos productivos de General Rodríguez y Trenque Lauquen, en la provincia de Buenos Aires, y Villa Mercedes, en San Luis. Uno de los objetivos es mejorar las exportaciones, materia en la que Arcor tiene experiencia.

El año pasado Arcor ocupó el puesto 18 y Mastellone el 39 entre las empresas más grandes del país, según los investigadores de la Unsam, Alejandro Gaggero y Martín Schorr. “Forman parte del ‘núcleo duro’ de la cúpula empresaria, compuesto por las 50 firmas más grandes, grupo que explica el 13 por ciento del PBI nacional”, afirman. En ambos casos su posición en la cúpula subió en la última década, de la mano del fuerte crecimiento del mercado interno. El observatorio Pyme calcula que las grandes empresas del sector de alimentos representan apenas el 1,4 por ciento del total de establecimientos. Sin embargo, ocupan al 51,6 por ciento de los trabajadores, explican el 59 por ciento del valor agregado y el 93,8 por ciento de las exportaciones. La compra de Mastellone por parte de Arcor profundiza ese cuadro de situación.