ECONOMíA › STURZENEGGER LES DIJO A LOS BANCOS QUE NO ESTA DISPUESTO A CUMPLIR LOS CONTRATOS DE DOLAR A FUTURO
El titular del Banco Central les aseguró a los banqueros que no convalidará los precios pactados a futuro una vez que concrete la devaluación. Las entidades rechazan una quita y la negociación sigue abierta.
› Por Cristian Carrillo
En su primer día al frente del Banco Central, Federico Sturzenegger les comunicó a los bancos y mercados que operan futuros su intención de no pagar los contratos pactados bajo la anterior administración. Se trataría de un default selectivo contra estas entidades financieras, la primera cesación de pagos en la historia del organismo monetario. La argumentación que el flamante titular del BCRA les ofreció a los mercados y a los bancos fue que se aprovecharon de los precios supuestamente bajos pactados para el dólar a futuro en el mercado para especular y que la ganancia que pudieran obtener es absurda. La posición del gobierno revela la intención de llevar a cabo una devaluación, a lo que varias empresas, las más importantes del país, buscaron anticiparse con la operatoria a futuro. Los banqueros respondieron que el grueso de esos contratos corresponden a sus clientes, principalmente automotrices y cerealeras, y amenazaron con congelarle el crédito al Central, ya sea en las licitaciones semanales de letras y notas en pesos como en los créditos en dólares preacordados con entidades extranjeras para apuntalar las reservas.
El gobierno de Macri quedó acorralado en su propia lógica y la utilización de la vía judicial durante la campaña presidencial podría volvérsele en contra si quienes adquirieron los contratos no cobran lo pactado en caso de una devaluación. El diputado oficialista Federico Pinedo y el radical Mario Negri, ambos del espacio Cambiemos, habían denunciado en las semanas previas al ballottage al directorio del BCRA por mantener contratos abiertos a un precio inferior al que se pactaba en Wall Street, pese a que no existe ningún mecanismo de arbitraje entre ambos mercados. Esa denuncia interfiere ahora con los planes del equipo económico, que pretende solucionar el tema de los futuros para no afrontar el costo de una devaluación en ciernes. “Fui el que impulsó la denuncia penal contra funcionarios de Banco Central. Queremos que este tema se trate con mucho cuidado. Vamos a analizar la cuestión a fondo y resolverlo de la manera más razonable”, dijo ayer el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.
Sturzenegger inició los contactos con los bancos y mercados que intervienen en esta operatoria para comunicarles que no se haría cargo de la deuda que deberá pagar el organismo si se produce la devaluación del peso. La primera reunión fue con los responsables del Mercado Abierto Electrónico (MAE) y el Rofex. El encuentro se inició a las 9 y cerca de las 16 fue el turno de los bancos a través de sus cámaras Adeba (de bancos de capital nacional) y ABA (extranjeros). Con una postura intransigente respecto al carácter especulativo de estas entidades al cubrirse con estos contratos, el titular del Central propuso un esquema de renegociación para las diferencias a convalidar. La propuesta, según informaron bancos, era rever los contratos pactados a partir de determinada fecha y que quienes tengan los contratos asuman la pérdida entre el precio conseguido en la plaza local y lo que costaba en Wall Street. La iniciativa no fue bien recibida por los bancos y Sturzenegger se comprometió a analizar otro tipo de alternativas. Según confiaron fuentes oficiales, podría entregarse algún título por la diferencia afectada por la devaluación, aunque no hay mucha receptividad por parte de las entidades financieras.
Lo que dejó en claro es que no quiere pagar el diferencial entre el precio pactado y lo que termine siendo el tipo de cambio luego de la devaluación. Esa pérdida la debía asumir el sistema financiero. Tanto los mercados concentradores de estos negocios como los bancos le explicaron que esos contratos los adquieren en su mayoría para sus clientes y no por cartera propia. Esto implicaría un enorme costo para las entidades financieras, en caso de asumirlo, o una ola de juicios contra sus casas matrices si trasladan el impago a sus clientes. Solo 5 por ciento de los contratos que compraron son para posición propia. Los tenedores de futuros son principalmente cerealeras y grandes compañías, en particular firmas automotrices y farmacéuticas, y ensambladoras de Tierra del Fuego.
En el caso del Rofex y MAE la situación es aún más complicada, porque operan contratos de pequeños inversores. Además, el titular del Central pretende que estos mercados sean los que hagan el trabajo sucio de convencer a sus clientes de aceptar el impago o la quita. En el caso del rosarino Rofex, el mayor mercado de dólar a futuro, los contratos están garantizados por su patrimonio, que se vería afectado por eventuales juicios. En el MAE son contratos entre partes y cada una garantiza el eventual pago.
Los bancos amenazaron con dejar caer los acuerdos con el nuevo gobierno si se los obliga a afrontar tamaño recorte, el cual se estima en unos 70.000 millones de pesos en total. La banca amenazó con reducir sus límites de crédito, aduciendo una supuesta presión de sus casas matrices, lo que se traduciría en un menor poder de absorción de pesos vía letras y notas, principal herramienta de contracción monetaria con la cual el macrismo prevé bajar la inflación. La banca extranjera, que había prometido unos 8000 millones de dólares para fortalecer las reservas tampoco estarían dispuestos a cumplir si la negativa de Sturzenegger se mantiene, al igual que las cerealeras, que se habían comprometido a liquidar el stock retenido de divisas por sus exportaciones. La semana próxima continuarán las reuniones y Sturzenegger deberá hallar una alternativa para evitar el primer default del organismo monetario.
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