El flamante ministro de Producción, Francisco Cabrera, se instaló ayer en el piso once del ex Ministerio de Economía, donde hasta el miércoles desempeñó sus funciones el titular de la cartera de Planificación, Julio De Vido. Sin embargo, la pelea por los despachos que ayer reveló este diario todavía continúa ya que cerca del nuevo ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, dejaron trascender que son ellos los que deberían ocupar ese piso y todavía no se dan por vencidos. Lo que está en disputa en ese tironeo no son los sillones sino la estructura administrativa del ex Ministerio de Planificación, disuelto por el presidente Mauricio Macri.

Si bien Planificación funcionaba en el edificio del Ministerio de Economía, tenía una estructura propia que incluía direcciones generales de Administración, Recursos Humanos y hasta de Asuntos Jurídicos. Esto le había permitido a Julio De Vido no depender de la firma de ningún funcionario de Economía para llevar adelante su tarea cotidiana. Ahora se supone que ese personal prestará funciones a varios ministerios, como Transporte, Energía y Minería y Producción. Sin embargo, la clave es quién va a tener la última palabra sobre qué se autoriza y qué no. Esa decisión no depende de dónde se instalen los funcionarios, pero como todo el personal administrativo de Planificación trabaja en el piso once, se supone que quien se quede con el lugar controlará la estructura.

Aranguren se había ilusionado con sentarse en el sillón de De Vido, con quien se enfrentó durante los últimos diez años, y así lo hizo trascender, pero el jueves la gente del ministro de Producción, Francisco Cabrera, se presentó en el piso once y plantó bandera. Ayer fue el turno del propio Cabrera y de su jefe de Gabinete, Ignacio Pérez Riba, quienes se reunieron con parte de su personal. Pérez Riba, un funcionario clave dentro del ministerio que se encargará de promover la producción nacional, es el hijo de Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores.

La disputa por los espacios dentro del ex Ministerio de Economía pareció saldada con la llegada de Cabrera al piso once, aunque cerca de Aranguren afirman que no está dicha la última palabra y que el fin de semana podría haber novedades. Al nuevo ministro de Energía y Minería no le será fácil mudar a Cabrera, pues el presidente de la Fundación Pensar es un peso pesado dentro de la estructura de poder macrista y tiene línea directa con el Presidente. Mientras tanto, Aranguren, quien por ahora se conforma con el piso seis, que antes ocupaba Débora Giorgi, ayer puso en funciones a su equipo de trabajo. José Luis Sureda, proveniente de PAE, estará al frente de la Secretaría de Combustibles; Alejandro Sruoga, ex secretario de Energía de Fernando De la Rúa, fue designado en Energía Eléctrica; y Daniel Meilán en Minería, donde se desempeñó entre 1989 y 1994, cuando el gobierno de Carlos Menem les otorgó numerosas concesiones a las empresas del sector. El equipo se completa con Nicolás Redondo, en Planeamiento Energético; Andrés Chambouleyron, en la Subsecretaría de Política Tarifaria; Sebastián Scheimberg, en Coordinación Administrativa; y Sebastián Kina en Energías Renovables.

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