Roberto Lavagna y Alfonso Prat Gay hacen cada vez menos para disimular la tensión que existe entre ellos. La semana pasada, en un seminario de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas, el ministro de Economía le envió una serie de mensajes al presidente del Banco Central. Antes de ese evento, Página/12 ya había dado cuenta de la tirantez que reina en la relación entre los dos hombres que comandan la economía argentina. En la primera oportunidad que tuvo de utilizar una tribuna pública con fuerte repercusión, Prat Gay contestó con firmeza. Fue ayer, durante la Conferencia Industrial. El jefe del Central reservó varios pasajes de su exposición, seguidos con atención por los empresarios, para retrucar expresiones surgidas desde el Palacio de Hacienda. La definición más fuerte fue que no es culpa del Central que el crédito tarde en aparecer. Y también hubo, respecto de ese tema, una advertencia inquietante: “Estamos en el inicio de un camino que posiblemente sea más largo de lo que algunos quieren”, afirmó.
“Tenemos que evitar a toda costa caer en esa idea de que con una circular del Banco Central se resuelven todos nuestros problemas”, recalcó Prat Gay. “Ojalá fueran tan fáciles los problemas de la Argentina”, agregó. Lavagna considera que la autoridad monetaria podría hacer más para que el resurgimiento del crédito sea más rápido. Su opinión es que deberían flexibilizarse ciertas normas, como las de calificación de deudores. El ministro ya anunció que su cartera prepara un proyecto de ley para crear un circuito financiero alternativo, con las cajas de crédito, las cooperativas y las mutuales. En ese terreno se viene una pelea, porque Economía quiere reservarse para sí la supervisión de esas entidades, arrebatándole el control al Banco Central.
Al continuar con su explicación de lo que ocurre en el mercado de préstamos, Prat Gay subrayó que gracias a que el Central hizo una verdadera “refundación normativa”, la reaparición del financiamiento fue más veloz de lo que podría haberse imaginado. Es decir, en contra de la acusación de Lavagna, la opinión del ex banquero del JP Morgan es que su política reanimó el crédito. “Entre marzo y junio hicimos una refundación normativa –les explicó a los industriales–. En ese período emitimos 20 circulares que cambiaron de cabo a rabo el funcionamiento del sistema financiero.” Como conclusión, dijo que “es por eso que estamos viendo una recuperación en los números de créditos”.
Prat Gay precisó que en los últimos cuatro meses el financiamiento al sector privado se expandió en un 9 por ciento. Tras ello, volvió a advertir que “lo último en llegar, mal que nos pese, es el crédito a largo plazo”. Lavagna necesita que vuelvan esos préstamos para asegurar un proceso de crecimiento de la inversión.
Las definiciones dirigidas al titular de Economía no terminaron ahí. En otros tres temas, Prat Gay dejó sentada su posición. En relación con el problema del crédito, subrayó que el impuesto al cheque es un fuerte obstáculo para la operación con cuentas corrientes y pidió su pronta eliminación. En cuanto al tipo de cambio, que Lavagna transmitió que quería más alto, el jefe del Central dijo que es el “más competitivo después de los que hubieron en 1989, en 1990 y en 1992, pero en esos períodos hubo gran volatilidad y la ventaja se esfumó en el corto plazo”. Y, finalmente, Prat Gay defendió la implementación de metas de inflación. “No es ninguna moda ni ninguna obsesión innecesaria”, sostuvo el banquero, contestando a las apreciaciones del ministro de Economía.