ECONOMíA › CONSULTORAS NO ACUERDAN CON LA IDEA DE PRAT-GAY
Consultoras privadas y empresas estiman que la economía argentina caerá este año, a diferencia de la suba de entre el 0,5 y el 1 por ciento que pronosticó días atrás el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay. El Gobierno plantea públicamente que el crecimiento económico vendrá de la mano de la “liberación de los controles”, en referencia a las regulaciones que eliminó en el mercado cambiario, de exportaciones e importaciones. Es un factor no muy estudiado en la literatura económica. En cambio, la demanda agregada, principal tracción histórica de la economía nacional, sufrirá si se deteriora el salario real y el empleo.
Para la UIA el PBI va a caer un uno por ciento este año y la inflación estará en el orden del 35 por ciento. Orlando Ferreres calculó una baja del Producto del 0,5 por ciento y la consultora LCG, de Martín Lousteau y Gastón Rossi, una merma del 1,4 por ciento. El economista Miguel Bein estimó que la retracción de la actividad será del 1,8 por ciento, mientras que la consultora Abeceb.com, de Dante Sica, estimó una baja del 0,3.
Analytica, dirigida por Roberto Delgado, anticipó una caída del PBI del 1 por ciento este año y en Econométrica, de Mario Brodersohn, ampliaron esa baja hasta un 2 por ciento. El banco JP Morgan, en donde trabajó el ministro Prat-Gay, estimó una merma del 0,5 por ciento al igual que el Itaú y el HSBC calculó una retracción de 0,2 por ciento. Los organismos internacionales no se ponen de acuerdo: el FMI anticipó una baja de 0,7 por ciento pero el Banco Mundial dijo que habrá una suba de esa magnitud.
A contramano de casi todos, Prat-Gay anunció la semana pasada que la economía nacional crecerá en 2016 entre 0,5 y un 1 por ciento. Describió que las “fuerzas creativas” de la economía van a florecer ante la eliminación de los controles y el supuesto mejor clima de negocios.
Según Orlando Ferreres, economista opositor al kirchnerismo, el crecimiento entre enero y octubre de 2015 fue del 1,4 por ciento. Es decir que incluso si el Gobierno llegara, en un escenario por lo visto muy improbable, a cumplir su meta, el nivel de crecimiento sería similar al que venía teniendo la economía argentina hasta el anuncio de la devaluación. La gran diferencia sería la distribución del ingreso, ya que en este último mes se instrumentó una fuerte transferencia de ingresos desde el sector del trabajo, los jubilados y las pymes hacia los grupos empresarios más concentrados, desde el sector agropecuario, los bancos y los grandes exportadores industriales. El dato de Ferreres discute también la instalada afirmación de que la economía no crecía desde hace cuatro años. No lo hacía al ritmo del período 2003-2008 pero tampoco se trataba de un estancamiento literal, al que sí parece encaminarse, en el mejor de los casos, el PBI argentino en 2016.
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