ECONOMíA › MARCó DEL PONT CUESTIONó “LA VUELTA AL MUNDO” DEL GOBIERNO
La ex presidenta del Banco Central advirtió sobre la pérdida de soberanía en el manejo de la política económica que implica la vuelta a los mercados financieros. “La mayoría está sufriendo.”
› Por Cristian Carrillo
“La política se ha concentrado en permitir hacer buenos negocios a una minoría, mientras que el resto sigue sufriendo la inflación, los tarifazos, la desocupación y la falta de horizonte”, sostuvo la ex presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. La ex funcionaria y titular de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo Económico (FIDE) sostuvo que, en términos técnicos, la emisión de deuda del gobierno de Mauricio Macri no es reprochable, pero sí es preocupante que se destinen los fondos para gastos corrientes en lugar de obras de infraestructura. También alertó sobre el riesgo que tienen los países dependientes del crédito externo, que son obligados a subordinar su política a las recetas de las calificadoras y de organismos multilaterales.
–¿Cuál es su evaluación de la colocación?
–Si uno se focaliza únicamente en la emisión en sí misma, en la salida al mercado y en la oferta, se puede decir que fue exitosa. La tasa era un costo previsto. Desde el gobierno habían inflado previamente la tasa para mostrarla después más baja. Pero era la esperable teniendo en cuenta la liquidez que existe en el mundo y el hecho de que haya pocos países que no estén con una enorme exposición financiera, como sucede con la economía brasileña. La Argentina tiene una alta solvencia y un bajo ratio de deuda sobre el PIB.
–¿Y en un marco más amplio?
–En un contexto más global es preocupante. Primero, el grueso de los 16.500 millones de dólares va a entrar por una ventana y se va a ir por la otra, que es pagarle a los fondos buitre. Ahí hay que analizar el acuerdo y lo que significó en términos de concesiones y pérdida de soberanía que aceptó el gobierno nacional a las apuradas. Había que arreglar pero se podría haber hecho en otras condiciones.
–¿Qué se hubiese podido mejorar?
–Casi es de sentido común que cuando se negocia a las apuradas nada puede salir bien. El gobierno se autoimpuso esos tiempos, el famoso 14 de abril. Pero lo más vergonzoso fue la negociación con NML de Paul Singer, con quien se cerró con una quita de apenas el 20 por ciento y la incorporación de los gastos legales. Una serie de concesiones que se dio a ese fondo más belicoso, que se plantó y dijo que no entraba hasta que se le otorgaron todas las condiciones que fue exigiendo.
–Desde el Gobierno se asegura que la emisión es necesaria para crecer.
–Hay que escuchar la primera conferencia del ministro de Hacienda, porque parecía un representante de un banco extranjero. No parecía un ministro de Economía. Esta alegría implícita y la concepción de supuestamente volver a meterse en el mundo es la lógica más perversa de sumergirse de los mercados financieros. La política hasta ahora se ha concentrado en permitir hacer buenos negocios a los que pueden ingresar en el mercado financiero, una minoría de los argentinos que puede especular en ese terreno. El resto, la gran mayoría, el ciudadano a pie sigue sufriendo la inflación, el tarifazo, la desocupación y la falta de horizonte.
–El ministro aseguró que ahora se viene una segunda etapa en la que se verán los efectos de las políticas implementadas.
–Sabemos, porque lo dicen la experiencia y la teoría, que de estos ajustes y achicamiento del mercado interno y de los trabajadores no puede salir nada bueno. Una de las grandes cosas que reivindico en los últimos 12 años de Néstor Kirchner y Cristina Fernández fue haber planteado aislarse de la locura en que se convirtieron los mercados internacionales. No sólo con la reestructuración de la deuda, sino también con el control del ingreso de capitales. El gobierno actual después de devaluar y quitar retenciones desmanteló todos los controles.
–Pero se requiere de crédito externo.
–El tema no es el crédito externo en sí, porque sabíamos que lo teníamos que tomar para cubrir la restricción externa. Pero una cosa es hacer obras de infraestructura y otra financiar gasto corriente. El endeudamiento del Banco Central con bancos privados y de la provincia de Buenos Aires e YPF no permitió sumar reservas, sino que se fugó todo en el primer trimestre del año. Se estima una salida de 4000 millones de dólares en ese período. Esa es la otra cara del endeudamiento, los capitales que vienen, especulan y se van al exterior para así maximizar sus ganancias.
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