ECONOMíA › OPINION
› Por Alejandro Robba y
Andrés Salles *
El Indec dio a conocer el dato de mayo de variación del Indice de Precios al Consumidor (IPC): 4.2 por ciento, un nivel altísimo que hasta supera las estimaciones no oficiales (3,5 por ciento había sido el denominado índice Congreso y también de estimaciones de consultoras privadas). Se trata de la primera estadística oficial sobre inflación que difunde la administración macrista. No obstante, es notorio que le vino muy bien a Macri el silencio -durante los cinco meses siguientes a la devaluación y al tarifazo de servicios públicos-, es decir, durante el período más duro de aceleración de precios.
¿Qué es lo que está comunicando el índice? Que la inflación está en niveles mucho más preocupantes que los que venía mostrando hasta 2015. Es cierto que el país venía con una inercia inflacionaria de alrededor del 25 por ciento anual. Pero la situación explotó desde enero de 2016 con la combinación de: 1) Devaluación de la moneda, 2) Quita de retenciones a exportaciones de alimentos, 3) Suba de tarifas. Esta aceleración hace que las actualizaciones de sueldos queden muy por debajo de la variación de precios, marcando una caída del salario real de los trabajadores formales de entre el 8 y 10 por ciento en el primer semestre del año. Sumado a los constantes despidos en el sector público y el privado, la masa salarial real cae fuertemente e impacta sobre el consumo interno (caída de ventas del 6,6 por ciento según CAME). Cabe destacar que el peor impacto del actual proceso de estanflación (alta inflación y estancamiento económico) se da sobre los sectores más vulnerables, acrecentando los índices de pobreza e indigencia.
Respecto a los componentes del índice, el “aporte” de las tarifas de servicios públicos ha sido sustancial para la inflación de mayo. El rubro “Transporte público de pasajeros”, por ejemplo, muestra una variación de precios del 9,1 por ciento, muy por encima del IPC general.
El gobierno espera que el Índice se desacelere en los próximos meses, estimando que podría bajar del 43 por ciento anual hoy al 25 por ciento hacia fin de año. Es decir, el mismo nivel de octubre de 2015, pero con un nivel de desempleo e indicadores de pobreza e indigencia mayores. Por lo tanto no se entienden las políticas implementadas con el objetivo de llegar a pobreza cero si los efectos han sido los contrarios. Como en todo ajuste económico como el actual, el gobierno nos ha metido en una suerte de túnel del que no todos los argentinos podrán salir ilesos.
* La gran makro.
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