Las medidas tomadas por el gobierno de Mauricio Macri en sus primeros cinco meses provocaron un fuerte deterioro del poder adquisitivo de la población y un aumento significativo en los niveles de pobreza e indigencia. Un relevamiento realizado por el Centro de Economía Política Argentina y el Instituto de Economía Popular entre la población urbana del Gran Buenos Aires demostró que entre noviembre y abril la indigencia aumentó de 5,7 a 7,9 por ciento y la pobreza de 19,8 a 33,3 por ciento, mientras que el poder adquisitivo del salario retrocedió un 28 por ciento.

El informe estima la pobreza, la indigencia y la evolución del poder adquisitivo de la población debido a la ausencia de estadísticas oficiales. La metodología de medición de la indigencia y pobreza adoptada tiene carácter indirecto ya que compara los ingresos de la población con canastas de consumo que representan las líneas de indigencia y pobreza. La canasta básica alimentaria (CBA) se constituye por aquellos bienes de consumo alimentarios que requiere una persona para sobrevivir, mientras que para establecer la línea de pobreza se constituye la canasta básica total (CBT) que es aquella que incluye la CBA y otros bienes no alimentarios.

Los relevamientos de los precios de la CBA muestran un aumento fuerte entre noviembre 2015 y enero 2016 para el Gran Buenos Aires, reflejando el efecto de la devaluación y de la quita de retenciones. En noviembre un hogar tipo de cuatro miembros, dos adultos y dos chicos, requería 3.150,22 pesos y en abril esa cifra se elevó a 4.578,82 pesos (45,3 por ciento), mientras que en el mismo período la CBT de un hogar trepó de 6987,2 a 10.708,5 pesos (53,3 por ciento).

Particularmente el aumento más fuerte tuvo lugar en el corto lapso comprendido entre noviembre 2015 y enero 2016, donde la pobreza se elevó de 19,8 a 29,2 por ciento, registrando un aumento de más de 9 puntos en tan solo dos meses. A partir del mes de febrero último, la pobreza ha continuado su avance mes a mes hasta llegar al 33,3 por ciento, en paralelo con aumentos salariales que no han logrado mitigar dicha progresión. “Sin redes de protección social adecuadas o en retroceso, la situación social de estas familias es ostensiblemente grave”, destaca el informe.

Por otro lado, no sólo el 33,3 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza -y dentro de esta población el 7,9 por ciento no tiene suficientes ingresos para nutrirse adecuadamente-, sino que además el 4,6 por ciento de la población se encuentra en situación de vulnerabilidad. La población en situación de vulnerabilidad integra hogares cuyos ingresos se ubican en un rango de 10 por ciento por encima de la línea de pobreza. “De continuar profundizándose el incremento de precios minoristas sin un aumento de ingresos que lo supere o al menos resulte correlativo, esta población también se ubicará por debajo de la línea de pobreza”, alerta el informe.

Otro indicador relevante que complementa las anteriores estimaciones refiere al poder adquisitivo salarial, que perdió 28 por ciento de su capacidad de compra entre noviembre de 2015 y abril de 2016. “El impacto de la devaluación en los precios de la canasta básica total conjugados con un estancamiento de los salarios en el mismo período ha tenido un efecto negativo en el poder adquisitivo de los salarios medios”, se aclara.