ECONOMíA › CRISIS INDUSTRIAL POR LA RECESIóN ECONóMICA. LOS CASOS DE LíNEA BLANCA Y CARROCERíAS
Los indicadores de producción industrial son muy negativos en lo que va del año. El derrumbe del mercado interno y el incremento de importaciones provoca suspensiones y despidos. El caso del cordón industrial santafesino.
› Por Javier Lewkowicz
La política económica del macrismo dio un mazazo a la industria nacional. Según el Indec, la caída acumulada en cinco meses es del 3 por ciento. Esos datos serían peores si no se contabilizara la molienda de cereales y oleaginosas, que por la mayor liquidación de cosecha mostraron incrementos que se salen totalmente de la media. La CAME, por ejemplo, calculó que la merma de actividad industrial en el primer semestre supera el 5,0 por ciento. Si el análisis se concentra en la manufactura, la caída de producción supera el 10 por ciento y algunos casos también el 20 por ciento. Los diferentes polos industriales del país, como el norte de la provincia de Buenos Aires, Tierra del Fuego, San Luis, Córdoba y el sur de Santa Fe acusan recibo de esta situación. Dos sectores industriales que reflejan el cuadro de situación son línea blanca y carrocería, cuya producción se concentra fundamentalmente en la zona de Rosario.
Los gremios, las empresas y el gobierno santafesino concuerdan en que la situación de la industria rosarina es delicada a raíz de la fuerte caída de las ventas en el mercado interno y el aumento de las importaciones. En línea blanca, las dos empresas más grandes, Gafa/Electrolux y Bambi mantienen suspendidos a más de 800 empleados, con un efecto negativo que se extendió a sus proveedores de partes y piezas. Además, Gafa/Electrolux redujo su plantilla de personal en 80 empleados en lo que va del año. En el sector carrocero advierten que si no cambia la tendencia de importaciones hay riesgo de que haya cierre masivo de empresas.
“En Bambi hay 460 trabajadores suspendidos que cobran el 90 por ciento del salario. La razón es la falta de ventas en el mercado interno y la importación de heladeras desde Brasil. Si no se cierra ese ingreso de importados vamos a tener problemas”, dijo a este diario Antonio Donello, secretario general de la UOM Rosario. Detalló que el año pasado ingresaron al país 32 mil heladeras de alta gama, segmento en el que no compite directamente la industria nacional, mientras que este año ya se importaron 42 mil pero de bajo litraje, que desplaza a la industria local. “Compraron Carrefour, Coto, entre otros, a Brasil, México y Turquía”, agregó Donello. La fábrica de Bambi emplea a 600 trabajadores, está ubicada en el sur de Rosario y puede fabricar hasta 25 mil heladeras por mes.
En la misma zona está Gafa/Electrolux, que tiene 360 operarios suspendidos sobre un total de 1000 y discontinuó las compras a sus proveedores locales. Además, desde principios de año negoció 50 retiros voluntarios de trabajadores de planta y anuló 30 contratos de servicios. Más allá de las formas utilizadas, en ambos casos se trata de despidos encubiertos, asegura la UOM.
Una de las razones de las dificultades del sector radica en la caída de la demanda. A raíz del deterioro del salario real y de la incertidumbre económica, las ventas de las empresas línea blanca en el mercado local cayeron por encima de un 20 por ciento, explicaron desde una de las firmas. En los retails de venta masiva la baja del consumo es superior al 10 por ciento.
En este contexto de depresión del mercado interno, el Gobierno permitió el incremento de las importaciones de heladeras de bajo litraje, que son las que produce la industria local. “El incremento de importaciones no es calamitoso todavía ni exageradamente grave, pero en lo que va del año ya entró más que en el año pasado. Estamos pidiendo prevención y que esto no se mantenga así. Nosotros hemos crecido, invertido y tomado personal. El sector pasó de explicar un 60 a un 95 por ciento del mercado local y ahora estamos en un 90 por ciento del mercado a causa de las importaciones, en un mercado mucho más reducido”; explicaron desde una de las empresas líderes del sector a este diario.
“Queremos seguir produciendo. Porque no hay peor cosa para una persona que estar sin trabajo. Toda mi vida he pensado así y por eso cada peso que gané lo reinvertí acá. Pero hoy no quedan más alternativas, el problema de las importaciones nos está afectando muy seriamente”, planteó Juan Carlos Odisio, dueño de Bambi. El primer factor de riesgo vinculado a importaciones es Brasil, ya que la caída del mercado en ese país generó un incremento de stocks e impulsó a las empresas radicadas allá a rematar su producción. Las heladeras que ingresan desde Brasil lo hacen con precios que están entre un 20 y un 40 por ciento por debajo de los precios locales. También aumentaron las importaciones desde Turquía, en donde compra heladeras la cadena de supermercados Coto, y de China. En el sector advierten que entraron heladeras Whirpool.
Luis Galli, CEO del Grupo Newsan, que se dedica a la producción de artículos de electrónica en Tierra del Fuego y también línea blanca en la planta de SIAM en Avellaneda, dijo días atrás que “el país cambia y tenemos que adaptarnos. Estamos reconvirtiendo la compañía a los nuevos tiempos que se vienen en la Argentina: habrá una mayor apertura, se viene más importación que producción”. “El crecimiento futuro de la empresa vendrá del lado de la importación”, agregó. En otra empresa del sector como Bricket se redujeron horas extra y adelantaron vacaciones.
El sector carrocero se dedica a fabricar la carrocería de los ómnibus de media y larga distancia a partir de los chasis con motor importados desde Brasil. Prácticamente la totalidad de la producción nacional de carrocerías está ubicada en Santa Fe. Se trata de un sector que tiene un impacto importante en la mano de obra local. Se calcula que por cada obrero en el sector carrocero hay entre 4 y 5 que se desempeñan en actividades industriales vinculadas. El sector fabrica en total unos 1000 colectivos al año. La caída de la actividad en general y el aumento de importaciones hicieron que en el sur de Rosario unas 40 empresas carroceras, de la metalmecánica y del rubro de la fundición hayan pedido al Estado el procedimiento preventivo de crisis. “Tuvimos que bajar las horas extras, adelantar vacaciones y eliminamos incentivos a la producción”, reconoció Adrián Saldivia, de la Cámara de Carroceros de Ómnibus de Media y Larga Distancia.
Donello, de la UOM, directamente advierte que “si siguen entrando colectivos a este ritmo van a echar a toda la gente”. De un ritmo de unos 120 colectivos importados por año, en lo que va de 2016 ingresaron casi 300 y hay órdenes de compra aprobadas por 160 más. Nuevamente, Brasil es un factor de peso porque el sobrestock por caída de ventas obliga a las empresas del país vecino a ofrecer promociones: por cada ocho colectivos que adquieren las firmas de transporte de Argentina, uno sale gratis.
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