Jue 21.07.2016

ECONOMíA  › LA DESREGULACIóN DEL PRECIO DEL ACEITE COMESTIBLE PROVOCARá AUMENTOS EN CADENA EN LOS PRóXIMOS MESES

Precio libre para las corporaciones aceiteras

El Gobierno liberará a la industria aceitera del compromiso que le había impuesto el gobierno anterior para mantener bajo control el precio al público del producto en botella plástica. Habrá subas del 30 por ciento en la primera etapa y desde el 31 de agosto, precio “libre”.

› Por Javier Lewkowicz

El esquema de subsidios al aceite comestible de mesa a través del aporte de las propias empresas cerealeras está en su última etapa. Se esperan subas de precios de al menos el 30 por ciento el 1º de agosto que se montan sobre valores que reflejan desde principios de año incrementos muy superiores a la inflación general. El fideicomiso fue creado en 2008 bajo presión del Gobierno anterior y finalizaba el 31 de diciembre de 2015. La administración de Mauricio Macri prorrogó por seis meses el acuerdo con aportes de dinero decrecientes de parte de las empresas mientras autorizaba fuertes subas de precio. Las empresas admiten que los valores volverán a subir un 30 por ciento para llegar a “precios de mercado” y el gremio advirtió sobre subas que podrían ser mucho mayores.

La polémica explotó porque el titular de la Federación de Aceiteros, Daniel Yofra, dijo ayer en declaraciones radiales que el precio del aceite se podría triplicar a partir de la semana próxima, por la eliminación del fideicomiso privado “que subsidiaba el precio del producto y lo mantenía congelado”. “El problema no es el aumento del aceite sino que los trabajadores no van a poder comprar absolutamente nada y van a tener que elegir entre pagar el gas, la luz o comprar comida”, dijo el dirigente. “El litro de aceite sale más barato que un litro de gaseosa; eso nunca ocurrió en la Argentina. Hace 10 años con una botella de aceite te comprabas tres o cuatro latas de gaseosa”, argumentó para anticipar la suba de precios. Por la tarde, en una nueva entrevista, Yofra aclaró que la intención era advertir sobre un perjuicio mayor para los consumidores que el señalado por los empresarios, sin precisar cuál sería la exacta incidencia de la medida sobre los precios.

Rápidamente, las empresas salieron a “bajarle el precio” a la noticia. Las cerealeras están más cerca que nunca de conseguir la liberación total del mercado. La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) informó que “los aceites comestibles más baratos, de consumo masivo, que antes formaban parte del programa Precios Cuidados, aumentarán su precio en un 30 por ciento en promedio a partir del 1° de agosto próximo y después se regirá por las leyes del mercado”. “Desmiento oficial y categóricamente que pueda haber un aumento mayor a ése”, precisó el vocero de Ciara, Andrés Alcaraz. También desde el Ministerio de Producción aseguraron que “es falso que se triplique el precio del aceite”.

El aceite recibió, hasta 2008, un subsidio de parte del Estado que en los hechos fijaba un precio máximo en góndola. Esa situación cambió a partir del boom de los commodities, del que las cerealeras de beneficiaron enormemente. El por entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, forzó a las empresas a crear un fideicomiso para que entre ellas subsidien el precio interno del aceite de girasol, de soja y mezcla, embotellado en envases de 5 litros o menos.

La “contribución” fue del 1 por ciento sobre el valor FOB de las exportaciones de porotos y harina de soja. Los exportadores redirigían esa plata a los abastecedores, que embotellan y colocan el aceite en el mercado interno. En muchos casos se trata de las mismas empresas, aunque también hay exportadores que no abastecen el mercado (Cargill) y abastecedores que no exportan. El Estado no ponía dinero sino que el esquema era de un subsidio entre privados con regulación pública. Ciara informó que este año, entre enero y junio, la industria destinó 111 millones de dólares a financiar el precio bajo del aceite. En las góndolas, el resultado era un precio relativamente bajo del aceite.

El contrato del fideicomiso vencía el 31 de diciembre de 2015. El Gobierno pidió en ese momento a las empresas continuar el acuerdo hasta marzo y luego hasta fines de julio. El argumento oficial fue que la quita de retenciones y la devaluación del peso fueron beneficiosas para las empresas, por lo cual podían hacer un esfuerzo más. A esta altura, las empresas no quieren seguir con el fideicomiso y esperan conseguir la liberación del mercado para el 31 de agosto.

De cualquier manera, las próximas subas de precio se montarán sobre precios del aceite muy superiores a los del año pasado. A comienzos de mayo se eliminaron todas las variedades de aceite de la lista de Precios Cuidados. En consecuencia, desde diciembre los precios de los aceites han subido muy por encima de la inflación general. Por ejemplo, la botella de aceite de girasol Cañuelas y la de Cocinero de 1,5 lts estaba entre 17 y 18 pesos en la lista de Precios Cuidados que rigió entre octubre y diciembre. Actualmente cotizan entre 33 y 34 pesos, lo que significa un aumento de casi el 100 por ciento. Ese incremento que se verifica en los grandes supermercados probablemente sea algo menor en los comercios chicos, donde no estaba vigente Precios Cuidados. Sobre ese escenario es que se discuten las próximas subas.

El mercado nacional demanda 42 millones de litros de aceite por mes. La mayor parte es aceite de girasol, de mayor calidad y más caro que el mezcla girasol/soja. Las empresas esperan que, conforme los precios sigan subiendo y el salario continúe perdiendo poder adquisitivo, la demanda se volcará más hacia el aceite mezcla.

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