“Esta espasmódica conferencia de prensa sólo se explica como reacción a las críticas que recibe el gobierno por las consecuencias sociales de las decisiones adoptadas en materia de política económica”, sostuvo ayer el ex titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, en referencia a las declaraciones de la actual presidenta de la línea de bandera, Isela Costantini, y del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich. Los funcionarios macristas se habían quejado del estado en que recibieron la compañía y habían despotricado contra la gestión de La Cámpora. “La gestión actual recibió una empresa funcionando, con muchos más aviones y más modernos, con más rutas, frecuencias, servicios y ventas. Una empresa que forma parte del mercado internacional y que bajó el déficit operativo en 2015 a 160 millones de dólares”, respondió Recalde a través de la difusión de una carta.

Los funcionarios de Macri llamaron anteayer a una conferencia que se llevó a cabo en el despacho de Dietrich. Allí se hizo un informe de gestión pero el objetivo, en sintonía con el resto del gabinete, fue trasladar las culpas de cualquier ajuste a la administración anterior. Hasta el momento la compañía de bandera redujo sus frecuencias de vuelo, frenó la renovación de unidades y eliminó rutas que consideró no rentables. “Tuvimos récord de pasajeros, más de un millón en julio, un crecimiento de 13 por ciento en vuelos de cabotaje y de pasajeros. Lo que es interesante es que el caos que se vivió en Aeroparque el año pasado, este año no lo vivimos”, dijo Costantini. “Fue por gente incapaz, manejando mal cosas complejas”, agregó Dietrich.

En una nota que tituló “¿Quién miente?”, Recalde dio respuesta a esos ataques. “Me sorprendieron profundamente las declaraciones agresivas, por momentos irrespetuosas y, por sobre todo, plagadas de falsedades del ministro Guillermo Dietrich y de una Isela Costantini que pocos meses atrás había dicho todo lo contrario”, se quejó. “Cabe recordar que nos hicimos cargo de una empresa que, luego de ser gestionada por ‘ejecutivos con experiencia’ provenientes del sector privado (que, por cierto, terminaron presos en España), se encontraba realmente en un estado crítico: con pocos aviones, vetustos, sin ventas, con una operación totalmente desarticulada que generaba infinidad de cancelaciones y demoras, con una deuda enorme y con un déficit operativo que rondaba los 900 millones de dólares al año, entre otros problemas que heredamos”, detalló.

Recalde sostuvo que “la empresa venía creciendo todos los años a un ritmo incluso mayor al que pudieron exhibir en esta conferencia de prensa de días pasados, seguramente producto de la caída de las ventas por la crisis económica que atraviesa el país”. También rechazó que la empresa haya quedado endeudada y se quejó de que el macrismo utilice siempre el artilugio de la herencia para justificar la toma de deuda. “La anterior gestión dejó una empresa con un déficit de 160 millones, cinco veces menor al recibido. Sin embargo, al mes de hacerse cargo, la CEO de la compañía proyectó pérdidas para 2016 por 1000 millones, pero al poco tiempo anunciaron un ahorro importante: reducirían a la mitad el cálculo efectuado por ellos mismos. Así, la pérdida que este año será del triple que el año pasado, la gestión Dietrich la exhibe como una reducción a la mitad”, detalló. “De hecho, en lo que va de 2016 ya acumularon un 50 por ciento más de déficit que el año pasado y sólo transcurrieron siete meses”, concluyó Recalde.