ECONOMíA
Krueger todavía tiene dudas sobre si la Argentina “hizo lo suficiente”
Con la vieja cantinela de las “cuestiones estructurales pendientes”, la subdirectora gerente del FMI volvió a presionar a la Argentina. El papel del Fondo en la renegociación de la deuda.
“Muchos tienen dudas sobre si lo que hizo la Argentina es suficiente.” Lo dijo la subdirectora gerente del FMI, Anne Krueger, desde el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza. Sin mayores precisiones, agregó que los esfuerzos que faltan están vinculados con “cuestiones estructurales”. En un nuevo ejercicio de presión, sostuvo “estar segura” de que las insuficiencias del accionar argentino serían tratadas en la reunión de directorio que, esta semana, debe aprobar formalmente la revisión del cumplimiento de las metas del acuerdo entre el país y el organismo financiero.
Si se aplica la tesis desarrollada recientemente por el ministro Roberto Lavagna, el sistema financiero internacional estaría atravesando una crisis del viejo paradigma en materia de salvatajes internacionales. Dicha crisis supondría una pérdida de poder para el FMI, que hasta hoy sigue desempeñando, de una manera muy particular, el rol de prestamista de última instancia en el sistema mundial. Al margen de la validez de la tesis, en el Fondo están lejos de resignarse al nuevo papel. Años de políticas de presionar a los países para que sigan sus recetas dejan una impronta difícil de erradicar.
En Davos, Anne Krueger volvió a mostrarse sorprendida por el crecimiento de la Argentina –”evolucionó mejor de lo que esperábamos”, dijo–, sorpresa que no es otra cosa que el reconocimiento de las previsiones erróneas de los técnicos del FMI. Pero a pesar de que la economía evoluciona mejor de lo esperado, Krueger todavía tiene “dudas sobre si lo que hizo la Argentina es suficiente”.
El Fondo cree que tal insuficiencia reside en la oferta de pago que el país realizó a los acreedores privados. En el Ministerio de Economía explicaron en su momento que la demora en la revisión de las metas del acuerdo de septiembre pasado se debió a las presiones “de un sector del FMI” por un mayor superávit que posibilite una oferta con menor quita.
No obstante, cuando en Davos se consultó a Krueger sobre la posición del organismo en la reestructuración de la deuda, afirmó que “el acuerdo al que lleguen con los acreedores es algo entre ellos y el gobierno de la Argentina. Nosotros no tenemos una posición activa en eso, más allá de que lo comprometido tiene que ser consistente con el marco macroeconómico”. Las demoras en la aprobación de metas sobrecumplidas parecen indicar lo contrario. Además, una quita menor obligaría a un superávit mucho más alto que podría llevar a la inestabilidad en el mediano plazo y, por lo tanto, a la “inconsistencia con el marco macroeconómico”.
Si se da crédito a las declaraciones de Krueger, es probable que las cuestiones estructurales pendientes no tengan que ver con la deuda. En ese caso podría haberse referido a las dispensas solicitadas por la Argentina por el salvataje a los deudores hipotecarios, por la sanción fuera de fecha del paquete anti-evasión y por la demora en las compensaciones bancarias.