El Gobierno reglamentó la ley que dispuso una compensación a los bancos por 2800 millones de pesos. Lo hizo a través del decreto 117 que se publicó ayer en el Boletín Oficial. Cerró así un capítulo abierto tras la devaluación, cuando se dispuso la pesificación asimétrica entre depósitos y créditos y, posteriormente, el reemplazo del CER por el CVS en determinados préstamos. Esta compensación era una de las medidas reclamadas por el Fondo Monetario, y a la cual el Gobierno se había comprometido cuando se rubricó el último acuerdo. Como condición para recibir la compensación, los bancos tendrán que dar nuevos créditos.
La compensación era un objetivo central de las entidades financieras ya que les permite seguir normalizando sus balances. La ley había sido aprobada en el Congreso hace tres meses. Ahora, con la reglamentación, sólo queda que el Banco Central indique los pasos formales para que los bancos pasen a cobrar por ventanilla.
El desfase en los balances se produjo cuando a inicios de 2002 el gobierno de Eduardo Duhalde dispuso un salvataje para los deudores bancarios –pesificó 1 a 1 los créditos tomados en dólares–, mientras que reconoció una paridad de 1,40 peso por dólar por los depósitos en moneda extranjera. En principio, tanto los préstamos como los depósitos ajustaban por el CER, pero luego hubo otra asimetría: fue cuando algunas líneas de créditos pasaron a indexarse por el CVS (Coeficiente de Variación Salarial). Se creía que los sueldos aumentarían menos que la inflación, y hubo cambios para los créditos hipotecarios, prendarios y personales de menores montos. La realidad, sin embargo, mostró el escenario antagónico: desde que se creó, en octubre de 2002, el CVS aumentó aproximadamente el triple que el CER. Eso se debió a los sucesivos incrementos salariales dispuestos por las administraciones Duhalde y Kirchner. El ajuste por el CVS desaparecerá en abril próximo.
Como ocurrió con compensaciones anteriores, los bancos percibirán bonos. Serán Boden con vencimiento en el año 2013. El bono que se entregará tendrá un plazo de amortización de 10 años y 6 meses, se cancelará en 16 cuotas semestrales. La primera vence el 1º de abril de 2006. El Central tendrá a su cargo determinar la cantidad de títulos públicos que le corresponderá a cada entidad.
La condición que puso el Gobierno para otorgar la compensación es que los bancos den nuevos préstamos o bien refinancien los que ya tienen en cartera, pero a mejores plazos y tasas de interés. Hace un par de semanas, cuando trascendió esta vocación del Gobierno, los banqueros se habían mostrado en contra.
El decreto también fija que los deudores por más de 400 mil pesos podrán reestructurar sus pasivos con las entidades financieras.
Los reclamos de los banqueros no terminan acá. Otra compensación que vienen reclamando los financistas se relaciona con los amparos. Piden un resarcimiento de unos 7100 millones de pesos por la diferencia entre los pagos ordenados por los jueces –a tipo de cambio libre– y el 1,40 peso más el CER que es la paridad que reconocen los bancos. El proyecto de ley para compensar los amparos se encuentra en el Congreso, pero el Ejecutivo ya adelantó que no defenderá la iniciativa, lo que en términos políticos significa que, al menos por ahora, quedará cajoneada.
No obstante, los banqueros tienen poco de qué quejarse. Desde la devaluación, el Estado los compensó por más de 10.000 millones de dólares. Hubo indemnizaciones anteriores por la pesificación asimétrica, también un seguro de cambio por las deudas tomadas en el extranjero y también un par de canjes de depósitos acorralados por títulos públicos. Podría decirse que la compensación por el reemplazo del CER por el CVS que se promulgó ayer resultó uno de los más baratos de la crisis.