ECONOMíA › EL PRESIDENTE NO AHORRó ELOGIOS PARA SU GESTIóN ANTE LOS LíDERES DEL G-20 EN CHINA
Macri reiteró que su gobierno pretende generar confianza para la llegada de inversiones, lo que aún no sucedió. Se pronunció a favor del libre comercio y pidió financiamiento para un plan de obras públicas. Volvió a saludarse con Obama y Merkel.
El presidente Mauricio Macri no escatimó ayer en elogios para sí mismo durante su exposición ante los líderes del G-20 y resumió las medidas adoptadas en sus primeros ocho meses de mandato como “cambios revolucionarios”. Los discursos del mandatario en la última jornada de la cumbre que se llevó a cabo en la ciudad china de Hangzhou estuvieron en sintonía con los intereses de las principales potencias globales, lo que le permitió recoger apoyos a su gestión. “Queremos generar confianza y ya hemos empezado por 30 de las 48 reformas recomendadas por el G-20. Hemos lanzado también una fuerte lucha contra la corrupción y un programa de energías renovables”, enumeró. Durante la jornada mantuvo reuniones bilaterales con sus pares de Rusia, España, India y Australia. En todos los encuentros solicitó financiamiento de largo plazo y prometió reglas claras para el arribo de inversiones. No evitó hablar de la “herencia recibida” y dijo que el país dejó atrás años de populismo y aislacionismo con el mundo.
“Hacia una economía mundial más eficaz y eficiente y gobernanza financiera” fue el tema que convocó a los líderes mundiales en la cumbre de China del domingo y el lunes. El encuentro fue el escenario para la primera intervención de Macri ante los principales líderes globales y para tramitar eventuales desembarcos de inversiones. Además de las reuniones bilaterales programas para la jornada, Macri volvió a cruzarse en encuentros informales con el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y con la canciller alemana, Angela Merkel.
Durante su exposición en le tercera sesión plenaria del foro sobre comercio e inversión, se mostró a favor de un sistema comercial “abierto, inclusivo y fuerte” para potenciar el impacto positivo de las inversiones, las cuales todavía continúan sin arribar. En un discurso que también reiteró en las bilaterales, insistió en que el país necesita impulsar muchas obras de infraestructura, para lo cual consideró indispensable que pueda acceder a “financiamiento a largo plazo”. “Es imprescindible que desarrollemos marcos legales transparentes y predecibles, que le den seguridad al inversor y que, a la vez, resguarden el derecho de los países receptores de inversión extranjera directa a regular en materia de políticas públicas”, señaló Macri.
Pese a que el país se encuentra en medio de un espiral inflacionario, el desempleo se acerca a los dos dígitos y la producción continúa en caída libre, el presidente Macri sostuvo que la Argentina “está preocupada por el débil crecimiento del comercio mundial”. Incluso se aventuró a dar un consejo a sus pares: “Consideramos que nuestros países deben centrar sus esfuerzos en fortalecer el sistema multilateral de comercio y contribuir a que la Organización Mundial del Comercio siga cumpliendo un rol protagónico”. “Si bien reconocemos y damos la bienvenida a los avances de la décima Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio en cuanto a la eliminación de los subsidios a las exportaciones agrícolas, necesitamos continuar trabajando hacia una reforma más profunda y ambiciosa”, agregó.
En otro capítulo de las sesiones plenarias de cumbre del G-20, Macri subrayó que “en la Argentina ya dejamos atrás el aislacionismo que obstaculizaba nuestra integración con el mundo”. “El mundo enfrenta desafíos de magnitud para poder alimentar a una población de más de 9000 millones de personas en 2050. Y aquí la Argentina tiene mucho para aportar, porque producimos alimentos de calidad para más de 400 millones de personas, casi diez veces nuestra población. Y queremos duplicar la producción en los próximos años”, remarcó el mandatario. Consideró que el comercio internacional es una condición fundamental para el impulso de la agricultura. “Pero si queremos erradicar el hambre y la pobreza, debemos eliminar las distorsiones”, aclaró. Afirmó también que “en el camino hacia el desarrollo, no existen las soluciones mágicas ni los atajos, sino que cada uno tiene que aportar desde su lugar, pensando globalmente y actuando localmente”. “Por eso, la Argentina busca integrar los objetivos globales con el plan nacional de gobierno a través de una mirada transversal”, dijo el mandatario.
En referencia a las políticas implementadas en el país bajo su gestión, el presidente aseguró que se puso en marcha “el plan de infraestructura más ambicioso de nuestra historia”, a pesar de que en realidad las obras públicas se encuentran virtualmente paralizadas. “Las obras de infraestructura son clave para mejorar la competitividad. Por eso nuestra meta es dar un salto de innovación y fomentar las alianzas público-privadas para resolver las brechas de conectividad física y modernizar nuestro sistema de rutas, autopistas, ferrocarriles y aeropuertos”, apuntó Macri y volvió a reiterar la necesidad de financiamiento.
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