“Estamos yendo en la dirección correcta, paso a paso, como dije el primer día. Hacer todo de un día para el otro sería magia y para eso vayan a buscar a David Copperfield a Las Vegas”, consideró el presidente Mauricio Macri en declaraciones radiales desde China, donde se llevó a cabo una nueva cumbre de líderes del G-20 (ver aparte). El mandatario dijo estar satisfecho con su participación en ese foro y aseguró haber recibido el interés de varios países para generar inversiones en Argentina, en sectores como la explotación nuclear, la minería, el desarrollo de software y la compra de materia prima para alimentos. Las promesas de arribo de inversiones fueron una constante en los primeros ocho meses de gobierno macrista, pero hasta el momento los pocos desembolsos recibidos habían sido acordados por la administración anterior. Sostuvo que “el año próximo la Argentina comenzará a crecer” y a recuperarse los puestos de trabajo que se perdieron.

En medio de una agenda ajustada, que el propio mandatario calificó como muy “cansadora”, Macri aceptó mantener charlas telefónicas con radios oficialistas. “Se acabó la época de los líderes mesiánicos que, de la mano de la mentira, niegan la realidad”, aseguró en uno de los contactos. Sostuvo que los cambios propuestos implican “poner la información sobre la mesa”, plantear agendas por sector y un máximo esfuerzo de parte de la sociedad y de sus líderes. “Lo que estamos viviendo en Argentina no es un cambio económico, sino de valores, cultural, que se reafirma todos los días. El cambio es mi responsabilidad idearlo, pero depende de lo que entendamos y hagamos todos”, agregó el jefe de Estado.

Insistió en la idea de que un cambio no se da “de un día para otro”, pero vaticinó que “el año próximo la Argentina comenzará a crecer”. No hizo referencia a que en la campaña electoral la promesa era salir del supuesto estancamiento este año y que luego, frente a la caída de los primeros meses, la trasladó al segundo semestre. “Claramente la Argentina está en recesión hace más de seis meses, y estancada hace más de cuatro años. Pensar que íbamos a sincerar la economía y a la vez crecer inmediatamente, es un imposible”, dijo. “Sin embargo, Argentina ha dejado de caer y comienzan a verse atisbos de recuperación en algunos sectores, como el campo y la obra pública. El año que viene volveremos a crecer, calculamos que un 3,5 por ciento. Haber pensado que se iba a lograr algo distinto, es creer en magia”, enfatizó el funcionario, contradiciendo la versión anterior de Cambiemos. En referencia al aumento del desempleo, negó que haya una ola de despidos, pero reconoció que se perdieron entre 70 mil y 100 mil puestos de trabajo. “De a poco se irán recuperando”, prometió.

El Presidente, investigado por los Panamá Papers, sostuvo que al asumir en el gobierno se encontró con “mucho más corrupción que lo que todo el mundo imaginaba”. “El Estado estaba loteado por mafias”, afirmó, y se explayó en el tema de la Aduana y la Dirección Nacional de Vialidad. “Si hubo corrupción en un ámbito más técnico como es el de Vialidad, con ingenieros, qué le queda a otros sectores menos académicos”, afirmó. “Las transformaciones han venido a poner un límite al accionar mafioso en la sociedad”, agregó. “Tengo claro que nosotros tenemos como prioridad resolver el trabajo de los argentinos y es una tarea en la que estamos muy comprometidos, y eso va a llevar trabajo en conjunto con las empresas y los gremios. Es un proceso que va a llevar algunos años, y mientras tenemos que proteger el empleo argentino”, concluyó antes de su regreso al país.