El presidente Néstor Kirchner y el ministro de Economía, Roberto Lavagna, se reunieron ayer en la Casa Rosada para desmentir los nuevos rumores de cortocircuitos, surgidos en medio de las complicadísimas negociaciones por la deuda externa. Las versiones se potenciaron el miércoles a la tarde, luego de que el Presidente se fotografiara con el titular del Banco Central, Alfonso Prat Gay, a quien desde hace tiempo se menciona como candidato a reemplazar a Lavagna en caso de incendio. El Gobierno culpó de las versiones a los “intereses internacionales” que buscarían producir resquicios en la propuesta argentina. Kirchner quiso ayer hacer explícita su buena onda con el ministro de Economía, pero no le salió bien: le pidió que lo acompañe a un acto en Rafaela que luego se suspendió por un frente de tormenta.
“Lavagna es uno de los ministros que más importancia tiene en términos relativos por la responsabilidad de imaginar una estrategia común”, sostuvo el ministro del Interior, Aníbal Fernández. Fue el único hombre de la Rosada que salió a desmentir públicamente las versiones y lo hizo destacando la importancia de Lavagna en el Gobierno. “Aporta todo su conocimiento y su prestigio internacional para buscar la mejor salida” a la deuda, agregó Fernández.
El disparador de las versiones resultó una foto –de apariencia inocente– de Kirchner con Prat Gay en su despacho. Del encuentro también participó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, pero quedó fuera del cuadro. Kirchner y Prat Gay se reúnen seguido, hasta ahí no hay nada en particular. Prat Gay venía de un viaje por Europa –incluso reemplazó al Presidente en el Foro de Davos– y se acercó para dar su informe.
Lo que inició los rumores fue que Presidencia nunca distribuye fotos de esos encuentros como hizo en esta ocasión. Las versiones se completaban diciendo que Kirchner estaría estudiando la posibilidad de convertir al joven presidente del Central en una suerte de vocero en el exterior de la propuesta argentina de quita de la deuda, algo que consideraría que Lavagna no está haciendo con eficiencia. Kirchner cree que afuera ni siquiera se sabe bien cuánto está dispuesta a pagar la Argentina.
El Presidente y el jefe de Hacienda siempre tuvieron una relación personal complicada. En este caso, según esos rumores, a esas complicaciones se habrían sumado diferencias por la marcha de las negociaciones por la deuda. Concretamente, que Lavagna no había sabido adelantar las consecuencias que traería aparejada la propuesta de quita.
El ministro de Economía ingresó ayer a las 10.30 en la Casa Rosada. No hizo declaraciones, lo que potenció los rumores sobre un posible reemplazo. Pero, luego se supo, la idea de Kirchner era la contraria. En Presidencia explicaron que durante dos horas y media se dedicaron a analizar las conversaciones con el FMI, la designación del comité de bancos y el comportamiento del mercado local. Es decir, se mostraron como un Presidente y su ministro en una jornada plena de trabajo.
“Lo de distanciamiento es un disparate”, explicó, previsiblemente, un vocero. En la Rosada adjudicaban los rumores a supuestos “intereses externos” a los que les gustaría generar problemas dentro del Gobierno para resquebrajar el frente de negociación por la deuda.
Por si quedaba alguna duda, el Presidente invitó a Lavagna a un acto en la localidad de Rafaela, en Santa Fe, en donde firmaría convenios para la realización de obras de infraestructura. Lavagna nunca forma parte de las comitivas que acompañan al Presidente en sus recorridas por el interior. Pero la puesta en escena se truncó: un frente de tormenta volvió desaconsejable el vuelo y el acto se pasó para la semana que viene. En lugar del acto, entonces, Lavagna hizo por la tarde declaraciones radiales referidas a la deuda y soslayando las versiones.