ECONOMíA
› GANANCIA DE 43,8 MILLONES DE DOLARES DE AEROLINEAS
Ha empezado a levantar vuelo
Con el anuncio de una utilidad de 43,8 millones de dólares en el ejercicio 2003 –un 157 por ciento por encima de las ganancias obtenidas el año anterior–, Aerolíneas Argentinas se sumó ayer a la lista de empresas privatizadas que en los últimos días anunciaron la obtención de ganancias en el último año, superando las expectativas que sus directivos albergaban meses atrás. “Ahora que tenemos nueva dirigencia política, la actividad ha repuntado de un modo que no preveíamos”, sentenció ayer Antonio Mata, titular de la compañía operada por el español grupo Marsans, con un entusiasmo hacia la gestión K impensable hace unos meses.
Aerolíneas eligió un amplio salón del Hotel Marriot Plaza para dar a conocer no sólo los buenos resultados de su negocio sino sus perspectivas de expansión: se dispone a comprar la aerolínea uruguaya Pluna (en parte propiedad de Varig) y a levantar un centro de mantenimiento en Bahía Blanca, en una singular asociación con la Armada Argentina. En el tercer trimestre del año, según promete Mata, lanzaría a la Bolsa el 40 por ciento del paquete accionario.
Durante el 2004 prevé desarrollar un plan de inversiones relativamente ambicioso, que incluye dar comienzo a un programa de renovación de flota por un total de 87 millones de dólares y el levantamiento de la “Ciudad Aerolíneas”, un centro urbano a edificar en Ezeiza para centralizar oficinas de la empresa, por un costo total de 15 millones de dólares.
La irrupción de Lafsa en el mercado, una firma estatal montada sobre la estructura de Southern Winds, no parece haber hecho mella ni en la facturación ni en el alto nivel de ocupación. “No impactó. Seguimos teniendo una gran participación en el mercado”, se jactó Mata ante una pregunta de la prensa. “Es bueno que haya concurrencia de varios actores en el mercado”, celebró el ejecutivo, dejando atrás las épocas en las que acusaba al Gobierno de discriminar a Aerolíneas subsidiando al competidor.
La firma sigue reclamando al Gobierno una rebaja impositiva, al estilo de las que otorgaban los derogados planes de competitividad.
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