ECONOMíA
Para apuntalar el dólar el Gobierno usa la aspiradora
Las intervenciones del Banco Central y el Banco Nación siguen tratando de evitar un mayor deslizamiento de la divisa por la oferta extra de la cosecha gruesa. Ayer se mantuvo en 2,83.
La Casa Rosada dejó en claro que hará lo posible para evitar que el dólar siga cayendo por el tobogán. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, expresó ayer que el valor actual de la moneda estadounidense “es razonable”, ya que torna “competitiva a la economía argentina”. Los dichos del ministro pueden interpretarse como una presión al Banco Central para que sostenga la cotización a través de sus intervenciones. También, como una señal contundente a los financistas de cuál es la intención del Gobierno. Bajo estas perspectivas, el dólar cerró medio centavo más caro, en las casas de cambio, con respecto a la última cotización de la semana pasada: 2,80 pesos para la compra y 2,83 para la venta.
Para evitar una caída, el Banco Central absorbió casi todos los billetes verdes que desembolsaron los exportadores de cereales: se quedó con 45 millones de los 52 millones que se liquidaron. El Banco Nación, a su vez, compró otros 20 millones a exportadores y a empresas que ya empezaron a vender divisas para pagar el impuesto a las Ganancias, el mes que viene, ya que creen que la paridad va a seguir con tendencia bajista.
En la city estiman que el ingreso de divisas seguirá en aumento durante las próximas semanas. En el propio Central calcularon que la liquidación por parte de los exportadores treparía a unos 4 mil millones de dólares entre lo que queda de este mes y fines de junio. Este es el período de la cosecha gruesa y este fenómeno explica la avalancha de divisas.
Distintos bancos de inversión comentaron en sus últimos informes que el dólar tendría un piso en 2,75 pesos. Ese fue el mínimo del año pasado. La pregunta que se formulan los financistas refiere a si Alfonso Prat Gay, presidente del Banco Central, intervendrá en el mercado para evitar que la cotización rompa esa barrera.
Ayer, la autoridad monetaria dio una pista de cómo podría encarar las próximas semanas. Cuando, al comienzo de las operaciones, el dólar cayó a 2,80 pesos en el mercado mayorista, el BCRA salió a comprar billetes para evitar una baja mayor. Lo logró, y el cierre quedó en 2,81.
La autoridad monetaria contará con la asistencia del Banco Nación. Roberto Lavagna admitió el último fin de semana que, a través de esa entidad pública, comprará dólares con parte del superávit fiscal.
Para Economía, esta política tiene el beneficio de que las intervenciones del Nación no tienen impacto monetario. En cambio, las compras del Central deben hacerse con la emisión de pesos. Sin embargo, pese a la cautela, lo cierto es que hasta ahora no existen signos de un brote inflacionario. En reserva, algunos funcionarios del Palacio de Hacienda admiten que, si bien les interesa mantener alto el tipo de cambio, temen por un salto de los precios, que podría darse en un escenario de continua emisión de dinero.
Al respecto, en lo que va del año, Prat Gay tuvo una actitud conservadora. Si bien intervino en el mercado cambiario con 4100 millones de pesos, la expansión monetaria resultó de apenas 100 millones. El resto de los pesos fueron absorbidos mediante la emisión de Letras, los pagos netos que se hicieron a los organismos internacionales y la cobranza de los redescuentos a los bancos. Es decir, existe margen para que el Central intervenga con fuerza para sostener al dólar.
Este tema divide a los economistas. Aldo Ferrer, del Grupo Fénix, se mostró a favor de mantener “el tipo de cambio en torno de los tres pesos. Es una paridad razonable, de rentabilidad, y debería sostenerse en ese nivel”, de manera de dar certidumbre a los empresarios que busquen invertir. Desde un análisis más ortodoxo, Adolfo Sturzenegger reclamó un Banco Central “cuidadoso” en la emisión de dinero para evitar una estampida de los precios. Según el economista, la economía está “recalentada” y por eso se mostró partidario de dejar un “deslizamiento moderado” hacia abajo del dólar.
Otros especialistas, en cambio, afirman que no debería prestarse demasiada atención a la actual coyuntura cambiaria. En este grupo se encuentra el consultor Miguel Arrigoni, de Deloitte Finanzas Corporativas.Según el experto, la revaluación del peso es un efecto transitorio que quedará atrás una vez que se acabe la cosecha gruesa. Y que, por lo tanto, la paridad retornará a un valor más cerca de los 3 pesos no bien disminuyan los ingresos de divisas por parte de los exportadores.
Mientras tanto, la lupa de los financistas está puesta sobre el Banco Central y, en menor medida, sobre el Nación. De su poder de fuego en el mercado cambiario depende el futuro de la cotización.