El Banco Mundial se sumó a la presión internacional para que el Gobierno cierre, cuanto antes, un acuerdo con los acreedores privados. Sin tomar en cuenta que la Argentina viene cumpliendo ciento por ciento con los pagos a los organismos, el presidente del BM aleccionó: “Tiene que haber responsabilidad sobre las obligaciones que se han contraído”, dijo ayer James Wolfensohn, desde Washington. Incluso, eligió un ejemplo polémico para presionar: “Por supuesto que uno quiere educar a los hijos. Pero las reglas indican que si uno quiere seguir jugando el juego, hay que cumplir con las obligaciones”, remarcó.
Wolfensohn habló sobre el caso argentino durante una conferencia de prensa brindada en la capital estadounidense. Y adhirió a la postura del gobierno de Estados Unidos y del Fondo Monetario de que el Gobierno debe flexibilizar su oferta a los acreedores para llegar a un acuerdo y normalizar los pagos de su deuda.
En sus dichos, comparó a la Argentina con una supuesta persona irresponsable que piensa más en educar a sus hijos que en pagar las deudas. “En algún momento, como ocurre con una persona, no se puede seguir sin pagar las tarjetas de crédito, y no pagando al banco, y no pagando la hipoteca. Y decir: ‘Bueno, lo que yo realmente quiero es educar a mis hijos’.” La filosofía Wolfensohn es polémica. Cualquier deudor puede pensar que es mejor apostar por la educación de sus hijos que en cumplir con el acreedor. Para el titular del BM, el hecho de abonar redundará en mayores beneficios, en el futuro, para la Argentina.
Para el jefe del Banco Mundial, la tentación de dejar de pagar la deuda y destinar esos recursos a fines sociales “es extremadamente atractiva para los ciudadanos”. Sin embargo, destacó que una decisión de ese tipo “tiene consecuencias” (negativas), advirtió. Para rematar, sustentó su posición argumentando que “nadie más que el banco” (Mundial) tiene mejores intenciones para incrementar la ayuda social.
Wolfensohn utilizó un lenguaje coloquial para referirse a la Argentina. Incluso al ensayar una crítica indirecta a Néstor Kirchner. “Por supuesto que es extremadamente atractivo para los ciudadanos de un país tener liderazgos políticos que les digan: ‘Estamos con ustedes, muchachos, y al diablo todo el mundo’. La única cuestión es que esa decisión tiene consecuencias”, recalcó.