El tono sereno y las palabras amables no alcanzaron para disimular la gravedad de los cargos que estaba formulando. Ricardo Lagos, presidente de Chile, desde Sudáfrica, responsabilizó directamente al gobierno argentino por la crisis energética que ya está perjudicando también a la economía chilena. “Es por falta de diagnóstico de las autoridades el nuevo recorte de suministro; desgraciadamente creo que es la expresión de una situación demasiado fluida; ellos (el gobierno argentino) no tienen claridad sobre lo que está ocurriendo en estos momentos”, dijo el mandatario chileno de la administración que encabeza su amigo Néstor Kirchner. El Gobierno ordenó el último fin de semana recortar en otros 950 mil metros cúbicos diarios el despacho de gas a Chile, con lo cual ya limitó en más de un 20 por ciento las exportaciones del combustible con ese destino. Una fuente oficial indicó, sin embargo, que Chile todavía está por encima de la demanda del año anterior, con lo que dejó abierta la puerta para nuevos recortes.
El nuevo corte de gas a Chile –el anterior había sido por 3,3 millones de m3– coincide con las interrupciones, en el plano local, del suministro a industrias y otros grandes usuarios con contratos de venta condicionada al volumen de oferta existente (interrumpibles). Incluso las firmas con contratos “no interrumpibles”, que les deberían asegurar la provisión en cualquier circunstancia –pagando un precio mayor por el gas–, están pasando sobresaltos. Ayer la Unión Industrial de Córdoba, a través de su presidente, Rodolfo Banchio, informó que treinta fábricas de la provincia con contratos de suministro no interrumpible con vencimiento a fin de mes (este viernes) ya han sido informadas por sus proveedoras de que no les serán renovados. En esa lista figuran Volkswagen, Arcor, Aceitera General Deheza, Minetti y Astori, estas dos últimas productoras de materiales para la construcción, que pasa por uno de sus momentos de mayor actividad. Banchio advirtió que la situación podría “generar suspensiones o despidos” en las empresas afectadas, ya que los nuevos contratos habilitarán al proveedor a disponer hasta 60 días de corte por año y una restricción de hasta el 60 por ciento del gas que consumen actualmente.
El mismo día que la Argentina ordenaba a los exportadores restringir el envío de gas a Chile, el sábado pasado, la ministra de Relaciones Exteriores de ese país, Soledad Alvear, llegaba a Buenos Aires para entrevistarse con Rafael Bielsa. El encuentro, al parecer, fue poco fructífero, lo que habría provocado la reacción del mandatario chileno.
Las operaciones que se restringieron por este último recorte corresponden a las exportaciones de Exxon, Tecpetrol y Pluspetrol a través del gasoducto Norandino y afectan las generadoras eléctricas chilenas Electroandina y Edelnor. Chile deberá producir menos energía y a más costo, se denunció. Electroandina debió poner en operaciones sus centrales a carbón; Edelnor redujo su capacidad de generación de 195 a 120 megavatios. La menor oferta perjudicará tanto al Sistema Interconectado del Norte Grande de Chile como al Central, este último la principal red de distribución eléctrica del país. Cristian Folgar, subsecretario de Combustibles, indicó que hoy recibirá a una delegación oficial chilena para seguir intentando soluciones de consenso que, por ahora, parecen improbables.
Mientras el conflicto con Chile no parece encarrilarse y el desequilibrio entre oferta y demanda de gas en la Argentina tiende a presentarse como insalvable, el defensor del Pueblo de la Nación responsabilizó directamente a las empresas concesionarias por la crisis y sus consecuencias. Eduardo Mondino estimó que “no hubo incumplimiento del Estado”, pero subrayó que éste debería revisar las concesiones, en particular las petroleras. “Si algunos productores creen que están perdiendo dinero en la cuenca que les fue adjudicada, que se las devuelvan al Estado para que éste la vuelva a licitar”, propuso.
Según el ombudsman, “no hubo incumplimiento del Estado argentino (frente a Chile). Las que están incumpliendo son las petroleras, que secomprometieron a exportar volúmenes de gas que no tenían y, para lo cual, debieron hacer las inversiones necesarias” en exploración. Mondino caracterizó la situación actual señalando que “estamos en plena crisis por falta de abastecimiento interno, con perspectivas difíciles para el invierno y con un conflicto de carácter internacional; y en ambos casos, los productores son los responsables”.