Sáb 06.04.2002

ECONOMíA  › ECONOMIA ANUNCIO SUBA DE RETENCIONES SOLO PARA EXPORTACIONES AGRICOLAS

El Gobierno le pasó la cuenta al campo

Cereales, oleaginosas, grasas, aceites y harinas pagarán diez puntos más de derechos de exportación. La resolución excluyó a cultivos regionales y manufacturas, lo cual deja al campo y a las aceiteras enfrentados con el Gobierno. El agro ya amenaza con un paro. Buscarán resolver conflictos con proveedores y exportadores.

› Por Raúl Dellatorre

Pese a que la ausencia del país del ministro de la Producción, José Ignacio de Mendiguren, había sido la justificación para la demora en disponer un aumento en los derechos de exportación, ayer Economía comunicó la decisión de elevar en diez puntos los derechos de exportación para cereales, oleaginosas, grasas, aceites y harinas, pese a no haberse producido el retorno del funcionario en viaje. La medida excluye al arroz, algodón, frutas y otros productos agrícolas regionales, como así tampoco modifica las retenciones a manufacturas de origen agropecuario e industrial. El miércoles próximo, en Confederaciones Rurales Argentinas, se debatirá una propuesta de paro nacional presentada por la Sociedad Rural de Jesús María.
Según señaló el Ministerio de Economía en su comunicado, la elevación -del actual 10 por ciento al doble– de los derechos de exportación sobre los principales productos agrícolas y sus derivados “persigue dos objetivos fundamentales: moderar el aumento del tipo de cambio en los precios internos de la economía (...) y mejorar la situación por la que atraviesan las finanzas públicas a fin de sostener y ampliar los programas de carácter social”. Conforme a los propios cálculos oficiales, la medida dará lugar a un incremento de 1000 millones de dólares en la recaudación fiscal. La disposición anunciada ayer afecta a unos 80 productos agrícolas; en cambio, quedaron excluidas las manufacturas de origen agropecuario (excepto aceites y harinas) e industrial.
La resolución define una disputa interna en el Gobierno, entre los sectores más afines a la industria y los más próximos a los productores agrícolas, a favor de los primeros. Miguel Angel Paulón, secretario de Agricultura, se resistía de la mano del gobernador santafesino, Carlos Reutemann, y su par cordobés, José Manuel de la Sota, a las retenciones al agro, contra la postura del ministro de la Producción y el subsecretario de Alimentos que favorecían la imposición de derechos pero sólo al campo. Remes Lenicov, en medio de los tironeos, buscaba simplemente garantizar una medida con buenos resultados fiscales.
La definición adoptada volverá a enfrentar al Gobierno con las entidades agropecuarias. “Mientras la discusión comercial en el mundo es por los subsidios que aplica cada país a su producción agrícola, aquí se la castiga con retenciones”, se quejó Manuel Cabanellas, titular de CRA. La conducción económica buscará ahora aliviar la carga sobre el campo intentando atender otras demandas sectoriales. En el mismo comunicado que enuncia el aumento de las retenciones, se señala que “el Ministerio de Economía está estudiando, junto con la Secretaría de Agricultura, alternativas para la atención de las deudas de los productores agropecuarios por la compra de insumos con fuerte componente importado”.
La deuda de los productores con los proveedores de insumos y tecnología (semillas, agroquímicos, etc.) se estima en torno de los 3000 millones de dólares. En principio, las semilleras y proveedoras exigían cobrar la deuda en dólares, justificándose en que para financiar a la producción se habían fondeado (tomado crédito) en el exterior. “A partir de este problema, habíamos iniciado un diálogo con las empresas proveedoras, pero a mitad de camino el Gobierno lanzó la Resolución 10 y distorsionó todo”, explicó ayer a este diario Cabanellas. Dicha resolución establecía que los productores debían pagar sus deudas por insumos a la misma cotización del dólar que recibían por la venta de su producción. La instrucción de las entidades agropecuarias a sus asociados fue no abonar hasta lograr un nuevo acuerdo. Conclusión: las deudas siguen impagas, aunque ya se está levantando y colocando la cosecha de soja y maíz, la de girasol ya está terminada y muy pronto será necesario contar con nuevos insumos para la siembra de trigo y el resto de la cosecha fina. Con la relación entre proveedores y productores así trabada, Cabanellas anticipó que la cosecharecord que el Gobierno imagina para la actual temporada será sólo una ilusión.
¿Pueden argumentar los productores que, con un aumento de casi 200 por ciento en la paridad, la producción deja de ser rentable por aplicarle 10 puntos más de retenciones? Cabanellas asegura que el problema está en que, a partir de que se liquidó la convertibilidad, una serie de medidas provocaron diversas distorsiones que afectaron el rendimiento. La rebaja del IVA a los productos agropecuarios del 21 al 10,5 por ciento, mientras los insumos siguen al 21, deriva en que los productores deban pagar un tributo en exceso que es irrecuperable en el corto plazo. Los exportadores, a su vez, al no cobrar la devolución del IVA de parte del fisco, le retienen a los productores un 10 por ciento del valor del producto “a cuenta”, con lo cual el valor de paridad al que cobran los hombres de campo es sensiblemente inferior al que fija el mercado.
“Además, está el problema del costo de los insumos y la falta de crédito”, recordó al pasar el titular de CRA. Todo ello alimenta el descontento, que ayer se reflejó en la declaración de la Sociedad Rural de Jesús María reclamando un paro nacional contra las retenciones. Doscientas cincuenta entidades de base de CRA lo tratarán en asamblea el próximo miércoles. Al Gobierno se le acortan los tiempos para dar respuestas.

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