El Gobierno consiguió un fuerte apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo en momentos en que encara otra agotadora discusión con el FMI y los acreedores por la reestructuración de la deuda. El organismo de crédito anunció ayer un programa de préstamos con Argentina por 5000 millones de dólares para el período 2004-2008. “Estamos muy contentos de ver que la economía está reaccionando con mucho vigor y también por el alto profesionalismo con que se maneja la política macroeconómica”, elogió el uruguayo Enrique Iglesias, presidente del BID, tras su encuentro con Néstor Kirchner y Roberto Lavagna. Fueron palabras de aliento que contrastaron con las exigencias planteadas esta misma semana por los máximos responsables del FMI, Rodrigo Rato y Anne Krueger.
Iglesias aclaró expresamente que el nuevo paquete de financiamiento no depende del resultado de las negociaciones por la deuda. El plan del Gobierno para salir del default lo obliga a conseguir un fuerte superávit fiscal los próximos años. Del equivalente a 2,4 puntos del PIB proyectados para 2004, se pasa a 2,7 puntos a partir de 2005 y hasta 2010. Todo ese dinero –serían unos 15.000 millones de pesos el próximo año– se usará para cubrir vencimientos de intereses y capital de la deuda. Aun así, Roberto Lavagna necesitará refinanciar otros compromisos por unos 7500 millones de pesos. Con eso, la billetera del Gobierno quedará flaca para atender otras urgencias, como las sociales y las de inversión en infraestructura.
Los préstamos del BID son para atender esa falta. De los 5000 millones de dólares pautados para el próximo lustro, habrá una primera etapa de desembolsos por 2000 millones que se concretarán en los próximos 18 meses. De ese monto, 1200 millones serán para planes sociales. Y de ellos, “hay 500 millones que serán aprobados en noviembre”, detalló Iglesias. Los restantes 3000 millones llegarán entre 2006 y 2008.
“El programa contempla préstamos de inversión para el área social y de infraestructura. No está vinculado a la relación directa (de Argentina) con el Fondo”, remarcó el presidente del BID.
Para el Gobierno es importante asegurarse apoyo financiero independientemente de cómo evolucione la negociación con los acreedores. Por más que Kirchner y Lavagna mejoraron de manera sustancial la oferta a los bonistas, comprometiendo pagos que son tres veces superiores a los planteados el año pasado en Dubai, los tenedores de deuda y el FMI presionan por más. Rato, el director gerente del Fondo, advirtió el último lunes que para el país es “esencial” arreglar rápido con los acreedores para volver a conseguir financiamiento. Y para salir pronto del default, habría que aumentar todavía más los pagos por la deuda. Ahora el Gobierno puede responderle que ya tiene apoyo financiero.
Iglesias destacó que el programa por 5000 millones de dólares se suma a desembolsos pendientes de otros créditos aprobados con anterioridad por 2700 millones. También aclaró que los “5000 millones son un piso, no un techo”, pues podrían agregarse otros préstamos más adelante. Del paquete anunciado ayer, el banquero aclaró que el dinero no será utilizado para financiar los planes Jefas y Jefes de Hogar, aunque una buena parte irá a la cartera de Desarrollo Social de Alicia Kirchner.
Lavagna, quien recibió a Iglesias en el Palacio de Hacienda y luego se presentó con él ante la prensa, destacó “la importancia que ha tenido el BID en el proceso de financiamiento tanto de cuestiones sociales como de infraestructura”. El uruguayo devolvió gentilezas al reiterar su satisfacción “de ver una Argentina moviéndose con mucho vigor hacia adelante”. También aseguró que “se está administrando con seriedad y solidez la política macroeconómica”. La declaración tiene algo de retórica, puesto que el banquero ha tenido consideraciones similares para con otros ministros de Economía durante la última década.
A pesar de que Iglesias dejó en claro que los préstamos del BID no están relacionados a la cuestión de la deuda, aclaró que el organismo sigue con atención la relación del país con el FMI. “Hoy las relaciones con el Fondo son fluidas. Son las relaciones normales de un país con un organismo internacional, con el que tiene acuerdos muy importantes que están en marcha, por lo tanto eso genera un clima que nos importa”, concluyó.