La autorización del Gobierno para aumentar las exportaciones de gas a Chile provocó la reacción del gobierno boliviano, que ayer amenazó con “revisar” el contrato de venta de gas al país. “Ya he pedido que se comience a revisar el convenio que tenemos con Argentina”, anunció el ministro boliviano de Hidrocarburos, Guillermo Torres. Bolivia condicionó sus exportaciones a que “ni una sola molécula de gas” sea reexportada a Chile, país con el cual mantiene una antigua disputa marítima. La Paz estima el gas como un instrumento valioso en una eventual negociación con el gobierno chileno.
“Había un volumen de exportación que tenía la Argentina con Chile y cualquier incremento (posterior al suministro de gas boliviano) podría ocasionar una revisión del contrato” de compraventa que los presidentes de Bolivia, Carlos Mesa, y de Argentina, Néstor Kirchner, suscribieron a mediados de abril pasado, indicó Torres. Dada la emergencia de la crisis argentina, el gobierno de Mesa convino “por solidaridad”, según el funcionario, y pese a la fuerte oposición interna, exportar por espacio de hasta seis meses un volumen no mayor a 4 millones de metros cúbicos de gas diarios.
“Hay una fórmula (de control) con el instituto regulador argentino de suministros de gas (Enargas). Hemos firmado un convenio con la Secretaría de Energía (de Argentina) para que se haga un control de las exportaciones hacia Chile”, recapituló Torres. El ministro boliviano fue enfático: “Ya he dado la instrucción para que hagan un balance de los flujos que van a Chile y al mercado interno argentino y de acuerdo con eso vamos a ver”, declaró.
Por otra parte, en el marco de la crisis energética, las empresas del sector eléctrico dijeron que “aún es prematuro para sacar conclusiones” acerca del resultado del programa de uso racional de la energía activado por el Gobierno. Así lo expresó Fernando Ponasso, presidente de Adeera, entidad que nuclea a casi cuarenta distribuidoras de electricidad de todo el país.
En relación con la emergencia energética, el directivo refirió que “se sabe cuándo empieza, pero es difícil saber cuándo se sale de ella”, aunque confió en que “los usuarios harán el esfuerzo posible para ahorrar electricidad”. También indicó que las compañías del sector invirtieron 450 millones de pesos en el 2003 para preservar la calidad del servicio, y en 2004 se prevén inversiones similares a las del año pasado, con un incremento de la demanda de energía en torno del 8 por ciento.